Un momento que una jovencita de 18 años probablemente no olvide jamás y que luego de casi 8 meses termina con una resolución judicial donde se castiga al culpable de un abuso sexual simple (sin acceso carnal).
El acusado y ahora condenado es el remisero Lucas Navarro, que recibió la pena de 6 meses de prisión en suspenso, es decir, sin encierro.
El Ministerio Público Fiscal reveló detalles del hecho, ocurrido el pasado 11 de junio de 2023. Ese día, a eso de las 11 horas, la víctima de 187 años (identificada con la siniciales L.A.G.) se encontraba en su casa de la Villa San Francisco, en Rivadavia, junto a su pareja C.F., de 17 años, donde habían estado festejando su cumpleaños, y con intenciones de llevar al joven a su domicilio es que desde su teléfono celular -a través de la aplicación Oeste Remis-, solicitó un móvil
Así las cosas, al cabo de unos minutos arriba el imputado al domicilio de chica y ambos abordan el vehículo y le indican que deben ir hasta el Barrio Colanguil en Pocito para dejar al muchacho, y ella regresa en el remis. Pero allí comenzó la pesadilla.
La víctima le dice que solamente tiene $3.000, que si le iba a alcanzar, a lo que el imputado le dice que sino le bajaba el precio o le apagaba el tarifador. Lo cierto es que una vez que llegan a la puerta de la casa de la chica el viaje costó menos. Una vez en la puerta de la casa y apenas le paga, Navarro cierra las puertas del vehículo y le dice que es una persona muy linda, dándose vuelta, preguntándole si estaba en pareja, ante lo cual la joven no respondía nada, sólo intentaba abrir la puerta del auto.
Lejos de amedrentarse con el terror de la chica, le toma la mano derecha y se la acerca y comineza a besarla, haciéndolo de manera hasta repulsiva, explicó la víctima, paralizada del miedo, muda, no pudiendo decir nada ni hacer nada más. Por suerte en ese momento apareció un tío quien se acerca hacia el remis creyendo que su sobrina necesitaba plata y, ante esta situación, el imputado destraba la puerta del vehículo y la chica desciende.
Paralizada por el miedo, la chica decide contar lo sucedido a su familia y hacer la denuncia. Le extraen de su cuerpo parte de la saliva que dejó Navarro que fue determinante en el cotejo de ADN sumado a la información que entregó la aplicación de la remisera.
