Los brazos cortados a la altura del hombro tienen en su haber respuestas para los investigadores. Un tatuaje y, principalmente, las manos con las huellas dactilares pueden arrojar indicios de la identidad de la mujer que apareció mutilada este lunes en la madrugada en El Mogote, departamento Chimbas.
En la Policía de San Juan arrancarán las tareas de rastrillaje este martes bien temprano en la zona donde se halló el cuerpo y hoy fue revisada, pero también ampliarán el radio de búsqueda.
Es que el cuerpo no arroja datos, no hay nadie que lo reclame y el estado en que dejaron el rostro torna imposible saber quién es. Un examen de ADN sin tener con qué cotejarlo es poco útil. La policía busca indicios y por ahora no los hay.
La zona cercana al baldío (apareció en Callejón Blanco y calle Muñóz, en El Mogote) no tiene cámaras de seguridad, nada que permita rastrear el ingreso de personas en actitud sospechosa. Los investigadores buscaron este lunes entre los caseríos más próximos algún testimonio que ayude a develar el misterio. Nada aportaron.
La saña sobre el cuerpo
No hay dudas que el o los asesinos quisieron que el crimen sea perfecto. La zona es tranquila y con casi nada de tránsito. Entrar y salir es sencillo, en cuestión de minutos se llega a una arteria con acceso a zonas urbanas. En la policía están convencidos que la faena la ejecutaron en otro sitio y al baldío fueron a descartar el cuerpo.
La cara fue desfigurada. La desollaron, le arrancaron la piel y el cuero cabelludo. Le cortaron los brazos con un cuchillo filoso y por la altura en que lo realizaron, sospechan que hay alguna marca (tatuaje o indicio que identifique a la persona) que quisieron deshacerse.
Si bien es difícil que esas partes mutiladas aparezcan en las cercanías, es una posibilidad que quieren agotar los pesquisas.