
El juez Ernesto Kerman (Sala II, Cámara Penal) aplicó ayer el quinto y más duro castigo a Antonio Roberto Ramírez (43): lo condenó a 7 años de cárcel por el robo a mano armada que sufrió en su casa de Santa Lucía, la comerciante Rosalía Anahí Cañada, sorprendida a media mañana del 11 de noviembre de 2015 cuando estaba con una bebé y otros dos hijos. Para el juez resultó contundente el reconocimiento que realizó la mujer de este sujeto, en fotos policiales y en rueda de personas. Y aunque la misma víctima reconoció también a Antonio Diego "Cucharón" Pereyra (38), para el juez hubo dudas de que hubiera sido el otro partícipe de ese atraco. Por eso lo absolvió y lo liberó.
Al cabo de aquel asalto, los ladrones huyeron en un VW Gol con un celular, un MP5, anillos, pulseras y cadenas de oro y plata, unos $300 y ropa que ella y su marido tenían para vender.
Ayer, en sus alegatos, la fiscal Leticia Ferrón pidió pidió 9 años de cárcel para Pereyra. Y 12 años y una multa de $1.000 para Ramírez, por el asalto y porque al momento de ser detenido, en su casa del barrio Echeverría tenía ilegalmente un revólver calibre 32 y algunos gramos de cocaína. Ramírez, intentó desligarse al decir que el arma y la droga eran de un tal Maicol Baginay, quien le pagó $400 que a él le hacían falta para la leche y los pañales de sus hijas, pero su versión no prosperó.
"Es un fallo ajustado a derecho, mi cliente tiene señas muy particulares (una oreja partida, tatuajes en una mano) que la víctima debió percibir", dijo el defensor de Pereyra, César Jofré.
