El 16 de octubre de 2016, el albañil Juan José Guzmán (29) llegó con otro plan a la casa de su suegra en el barrio General Acha, Capital. Fue con su señora y sus cuatro nenas a festejar el Día de la Madre, pero lo que tenía pensado terminó, inesperadamente, en un episodio que casi le costó la vida. A la tarde, una gran pelea entre vecinos lo sacó de la casa para ver si sus nenas no corrían peligro, cuando de repente se le acercó un sujeto con un cuchillo en cada mano y le asestó dos puntazos: uno en el pecho y otro que le perforó el hígado. Perdió mucha sangre y no murió porque los policías de la Seccional 2da lo llevaron en el acto al hospital, mientras apresaban a su agresor: Ricardo Javier Baigorria (36 años, alias “Chivato” o “Comegato”), con dos cuchillos tipo serrucho.

Guzmán sobrevivió a la traumática situación que lo tuvo más de un mes internado, muy grave. Pero problemas personales lo llevaron luego a tomar la drástica decisión de quitarse la vida el pasado 24 de marzo.

 

El castigo que le impusieron a Baigorria es el cuarto que recibe

Baigorria en cambio llegó a juicio acusado de intentar matarlo. Y así lo creyó probado el fiscal Gustavo Manini, que pidió condenarlo a 8 años de cárcel por tentativa de homicidio y declararlo reincidente, pues el sujeto ya tenía otras tres condenas: 9 años y 10 meses de reclusión en 2010 por robo agravado por el uso de arma y una tentativa del mismo delito; 1 año y 6 meses de reclusión por robo simple en 2012; y otra de 1 año y medio de cárcel por lesiones y amenazas con armas en 2013.

“Por mis antecedentes me quieren condenar por algo que no hice”, dijo Baigorria ante el juez Raúl José Iglesias (Sala I, Cámara Penal), quien lo condenó a 7 años y medio de cárcel.

El magistrado, desechó los argumentos del defensor Horacio Merino, quien había pedido la absolución de su cliente por el beneficio de la duda, pues consideraba que la sentencia no podía apoyarse en el testimonio de los policías. El fallo no está firme.