Uno de los cabecillas del más dañino motín que el 23 de octubre de 2019 terminó con el incendio de colchones, muebles y otros objetos; la destrucción de puertas, ventanas y grandes daños en el Instituto de Menores Nazario Benavídez, admitió en un juicio abreviado que fue uno de los principales protagonistas (ese día había 10 menores internados) de esa maniobra delictiva. Y se mostró dispuesto a recibir un castigo de 3 años. También aceptó que esa condena sea unificada en 3 años y 5 meses con otra que ya tenía (de 8 meses) por un violento intento de robo a un hombre en Rawson (lo dio una trompada y lo golpeó con una piedra), en complicidad con otro sujeto.

Si el juez Miguel Dávila Saffe (Sala I, Cámara Penal) homologa el acuerdo alcanzado entre la fiscal Marcela Torres y el defensor Alejandro Castán con su defendido, Facundo Illa, este joven que el próximo 6 de agosto cumplirá 21 años, pasará a tener cinco condenas. Los anteriores castigos que recibió, por delitos menores, fueron: 8 meses de prisión en enero pasado; 6 meses en mayo de 2021; 2 meses en marzo de 2020 y otro de 8 meses casi 20 días después, indicaron fuentes judiciales.

GRAVES DAÑOS

El caso más grave que admitió haber protagonizado Illa ocurrió sobre las 15,30 del 23 de octubre de 2019. Ese día, un grupo de policías llegaron al Nazario Benavídez para trasladarlo a él a la seccional 2da. y también a otros tres menores a otras sedes policiales. Según testigos, apenas les comunicaron esa decisión, tres de los implicados (incluido Illa) comenzaron a insultar, se encerraron en su habitación, taparon sus rostros con remeras e instantes después comenzaron a incendiar colchones y causar daños en casi toda la institución, con apoyo del resto de los menores internados.

El amotinamiento fue de tal magnitud, que enseguida llegaron al lugar las autoridades de la Dirección de la Niñez, un juez de menores, el jefe de policía y uniformados de Infantería y otras áreas policiales, que no intervinieron porque los revoltosos accedieron a dialogar y depusieron su violenta actitud.

Cuando todo cesó, se descubrió que habían quemado camas, colchones, mesas de luz, placares. Además, se constató que habían destruido el sistema de grabación, muebles, computadoras, puertas, ventanas y forzaron rejas. Y que habían sustraído el dinero que recolectaban con la venta de dulces y servía para la compra de insumos, como también algunos medicamentos que les eran provistos desde el hospital Mental de Zonda.

Tras los graves daños, Illa quedó imputado de incendio, daño agravado y resistencia a la autoridad, pero fue excarcelado. Y así fue que, el 13 de enero de 2020 a eso de las 00.15, atacó a José Trujillano con otro joven que aún sigue prófugo.

Según el expediente, esa madrugada la víctima caminaba por calle Jáchal rumbo al Sur pero en inmediaciones del cruce con Nazca, en Rawson, fue tomado del cuello por Illa, mientras su cómplice lo revisaba con la intención de robarle su teléfono y su billetera. La víctima se resistió pero Illa le propinó una trompada en una de sus cejas y le dio una pedrada en una pierna para lograr reducirlo, pero no pudieron y ambos ladrones huyeron sin robar nada.