Un grupo de más de 10 chacareros y productores de Pocito denunciaron que vienen siendo víctimas de múltiples robos y calcularon que en menos de un año ya llevan perdidos más de 12 millones de pesos. Es por eso que decidieron reunirse y exponer la problemática a las autoridades para solicitar más seguridad. La zona atacada es la comprendida entre las calles 7, Vidart, 8 y Lemos, rodeada de barrios y villas conocidas por ser conflictivas, dijeron en la Policía.
Las víctimas explicaron que ese sector tiene un altísimo valor teniendo en cuenta que casi que no se producen heladas, lo que favorece la plantación de tomate, cebolla, ajo, choclo, entre otros vegetales. Sin embargo, actualmente el problema de la inseguridad los tiene a maltraer y a algunos dispuestos a todo para cuidar su esfuerzo. "Hay vecinos que están armados, andan en la noche así, vigilando para que no les roben. La situación se ha vuelto incontrolable, realmente es desesperante. A todos en la cuadra en el último tiempo alguna vez les han robado y a algunos hasta dos veces en una semana", se quejó Jorge Fabián Aguilera (51), dueño de 10 hectáreas donde tiene tomate con destino industrial. En su caso, en septiembre del año pasado le saquearon el sistema de riego por goteo. Dijo que le llevaron filtros, válvulas e incluso la costosa computadora con la que se programa el sistema, además del largo cableado que conecta con la bomba. "Con mucho esfuerzo repuse todo y este año me volvieron a robar. ¿Ahora cómo hago yo para reponer todo de nuevo? Me sale 800.000 pesos y sin hacer todo bien, dejándolo así nomás como para que funcione", señaló el hombre, con mucha bronca.
Las víctimas pidieron cámaras de seguridad y la instalación de una casilla policial.
Al igual que él, otros productores han sufrido saqueos en los sistemas de riego y temen nuevos embates, teniendo en cuenta que existe -dijeron- un mercado negro que demanda cada vez más ese tipo de botín.
Además, afirmaron que los ladrones arrasan con los cableados de todo tipo, las herramientas y las bombas. Ya sea aquellas que se encuentran en el exterior como las que están resguardadas en depósitos, a los que no tienen problema de entrar forzando algún ingreso. "Hay serenos, caseros, pero igual se salen con la suya, se meten igual y se llevan lo que sea. Estamos peor que Buenos Aires, hemos llegado a un límite. Somos trabajadores y damos trabajo, es indignante pasar por esto", explicó Aguilera.
El último miércoles el grupo se reunió con el jefe de la seccional 7ma. Plantearon la necesidad de que la Policía refuerce las recorridas y solicitaron la instalación de cámaras de seguridad y de una casilla policial en Lemos y 8, un punto que creen que puede ser estratégico para controlar la delincuencia.