Empezó supuestamente mostrándoles fotos y videos pornográficos por medio de su celular, pero luego el juego perverso de este sujeto fue más allá hasta que llegó al extremo. A una de las chicas la violó dentro de la propia movilidad; a la otra joven la obligó, al menos una vez, a que lo masturbara, según la causa judicial. Todo esto es aún más aberrante porque las dos víctimas son jóvenes discapacitadas y el hombre era el encargado de trasladarlas todos los días en un transporte escolar a una escuela para chicos especiales de Capital.
El sujeto en cuestión es Darío Enrique Carpino (38), quien está preso desde fines del 2010 y que ahora fue procesado por el juez Pablo Flores, titular del Segundo Juzgado de Instrucción, por esos presuntos delitos sexuales que tienen como agravantes las circunstancias y el hecho de que él era encargado de la guarda de estas dos chicas, informaron fuentes judiciales. El caso se vio demorado porque hubo un anterior procesamiento dictado en 2011 en el Primer Juzgado de Instrucción que a posterior fue anulado por una cámara penal y entonces la causa debió ser trabajada nuevamente por el juez Flores, que terminó por dar por probado los hechos, señalaron en tribunales. De todas maneras, el fallo judicial fue apelado por la defensa de Carpino.
El caso causó revuelo allá por noviembre del 2010. Las dos chicas, que padecen de retraso madurativo, tenían en aquel momento 21 años y eran algunas de las estudiantes discapacitadas que Carpino trasladaba por las tardes en una combi Ford Transit. Los chicas fueron coincidentes al contar que Carpino, cuando se quedaba a solas con ellas dentro de la movilidad o estaban fuera de la vista de los otros chicos, les exhibía fotos y videos pornográficos que tenía en su celular. Una de las jóvenes declaró que, mientras les mostraba esos materiales, el chofer le decía que iba a hacer lo mismo con ella. Pero como la muchacha le hacía notar su desagrado, éste la amenazaba con que algún día tomaría a golpes a su novio. Esta chica también contó que un viernes alrededor de las 14, al quedar como única pasajera, Carpino desvió la combi del recorrido y la llevó a un descampado cerca de Abraham Tapia y Acceso Sur, en Trinidad. Ahí, la llevó hasta el asiento trasero de la combi y la violó, indicaron fuentes del caso. Después la amenazó para que no contara lo sucedido.
La otra joven relató un episodio similar, pero no hubo acceso carnal. Eso sí, Carpino tomó sus manos y la obligó a que lo masturbara, incluso enfrente de la otra chica abusada. Los informes psicológicos revela que, pese a las dificultades que tienen las víctimas, ellas no fabulan y que sus relatos son creíbles.