Por realizar una maniobra "antirreglamentaria y temeraria" a todo lo ancho de la ruta. Por obstaculizar el tránsito. Porque el camión no se veía a la distancia, pues tenía las luces traseras y las bandas refractarias sucias. Y porque debió utilizar balizas o pedir ayuda a otras personas para realizar esa maniobra, y no lo hizo. Con estos argumentos, la juez Silvia Peña Sansó de Ruiz procesó al chofer bonaerense que manejaba ese vehículo de carga que el 11 de agosto de 2010 provocó un choque con un auto en ruta 40, en Pocito, y que provocó la muerte cinco obreros. La magistrada le trabó un embargo de 1.000.000 pesos.
El auto de procesamiento contra José María Di Bello (66) fue dictado días atrás en el Cuarto Juzgado Correccional y aún no quedó firme. El chofer, oriundo de Lanús y actualmente libre, está acusado de homicidio culposo por las muertes Sergio Sebastián Aliaga Manzano (23), sus primos Marcelo Ricardo (20) y Cristian Leonardo Agüero Aliaga (28), Fernando Sebastián Aballay Bazán (19) y Fernando Ceferino Valdivia de la Rosa (41), que murieron atrozmente dentro de un coche Ford Escort. Todo ellos eran obreros metalúrgicos que esa mañana se iban a trabajar a Los Berros.
José Di Bello había llegado en la madrugada de Buenos Aires en su camión Iveco con una carga para la fábrica VPA en ruta 40, entre 7 y 8, Pocito. El camión estuvo estacionado en el costado Oeste de la carretera durante la noche, hasta que a primera hora de la mañana lo autorizaron a entrar a la empresa. Como el predio está del lado Este de la ruta, Di Bello movió al camión y se cruzó de un carril a otro en dirección al portón.
Para la jueza Peña Sansó de Ruiz, esa imprudente maniobra provocó el fatal accidente. En la causa, cuatro testigos declararon que el camión cruzó deliberadamente. Además, las pericias indican que las luces estaban sucias, al igual que las bandas refractarias de los costados. Eso hacía que el camión no se observara a la distancia, tal como declararon los testigos. Uno de ellos contó que alcanzó a pasar por delante del camión y, como vio las luces de otro coche que se acercaba, se dijo: "ojalá lo vea", pero después escuchó el estruendo, según el expediente. Ese otro auto era el Ford Escort, cuyo conductor no alcanzó a frenar a tiempo y se estrelló contra el camión, quedando debajo del acoplado. Sus cinco ocupantes murieron en el acto. Un tercer vehículo también chocó contra el mismo camión, pero no hubo heridos.
La juez responsabilizó de la tragedia a Di Bello por violar las normas de tránsito, no sólo por obstaculizar la totalidad de la ruta y no tener en condiciones el vehículo (por las luces y bandas), sino por no extremar los cuidados, según el procesamiento. Sobre esto último mencionó que al menos debió pedir auxilio a los empleados de la fábrica para realizar la maniobra, y utilizar personal con chalecos refractarios o balizas, cosa que no hizo.

