Dos colombianos que habían sido rescatados en junio último de una carpintería de Capital donde los tenían trabajando como esclavos, fueron procesados por la Justicia Federal por delito de tenencia y comercialización de droga. Ambos cayeron presos en octubre último cuando la Policía provincial allanó el domicilio de uno de ellos buscando cosas robadas y en medio del procedimiento encontró casi 1 kilo de cocaína.
En cuestión de meses, Arturo Antonio Arcilla Bautista (26), del poblado colombiano de Pijao Quindio, y su amigo Milton Cesar García Muñoz (24), de la ciudad de Calarcaquindio, pasaron de ser presuntas víctimas de trata de personas a estar presos por robo y estupefacientes. Y es que, además del procesamiento dictado en el fuero federal por el caso de droga, también tienen otra causa penal en la Justicia provincial por delitos contra la propiedad, dado que se sospecha que salían a robar.
En el marco de una investigación por robos tipo arrebatos, el 10 de octubre pasado los policías de la Brigada Sur allanaron un domicilio de calle Derqui en Bº Güemes, Rawson, donde alquilaba García Muñoz. En ese lugar hallaron artefactos electrónicos robados y hasta una pistola 11.25 con proyectiles. Cuando realizaban el procedimiento, llegó al lugar Arcilla Bautista (que residía en otra vivienda) con una bolsa. El sujeto dejó el bulto en el taller que funcionaba en la parte trasera de esa casa, pero fue visto por los policías, quienes requisaron la bolsa y descubrieron que tenía 280 tubos de vidrio conteniendo un polvo blanco, que resultó ser cocaína. La abogada María Noriega encaró la defensa e intentó demostrar que la droga no era de los colombianos, supuestamente Arcilla Bautista sólo llevaba esa bolsa por encargo de otra persona. Sin embargo, el juez federal Leopoldo Rago Gallo los procesó. El fallo ya fue apelado. Ahora, la defensa pasó a manos del abogado Maximiliano Páez Delgado.
