El juez de Instrucción Martín Heredia Zaldo echó por tierra las dos teorías con las que el exbombero de la Policía Juan Andrés Flores (44) intentó justificar el disparo en la nuca que le quitó la vida a José Herrera (20), la noche del 13 de julio pasado en Villa Morrone, Chimbas. Flores había declarado que aquella vez escuchó ruidos en una casa deshabitada de su familia (él visitaba a su tía que vivía en la vivienda de al lado), salió y vio a dos jóvenes, creyó que le robaban y escuchó decir “tirale”. Es más, dijo que efectuaron un disparo en su dirección y en respuesta fue hasta su Trafic, sacó un rifle calibre 22 de su papá y disparó dos veces, pero al aire, para intimidar.
Sin embargo, el magistrado aseguró que no hubo pruebas para sostener la teoría del disparo accidental porque la autopsia reveló un trayecto recto de la bala en la cabeza de Herrera, y afirmó que tampoco debía darse por cierta la versión de Flores pues al haber sido policía, sabe manejar armas. El juez también descartó la hipótesis de la legítima defensa, pues consideró que no hubo evidencias del supuesto disparo de la víctima o de un presunto cómplice, jamás localizado.
Por esa y otras razones, lo procesó con prisión preventiva por el delito de homicidio, que calificó como agravado por haberse cometido con un arma de fuego. Esa figura, eleva en un tercio el mínimo y el máximo de la escala penal para el homicidio simple, que es de 8 a 25 años. El juez ordenó además embargar bienes del sospechoso por 500.000 pesos, dijeron fuentes judiciales.
‘La víctima fue ultimada por Flores, a quemarropa, tal como francotirador, lo tuvo a merced y descargó un certero disparo en su cabeza, dejándolo morir’, afirma el magistrado en su resolución.
Herrera fue ultimado alrededor de las 20,15 de aquel 13 de julio. Hasta ahora, se desconoce qué hacía o cómo llegó hasta el interior de la propiedad de los Flores, donde lo hallaron asesinado.

