Un ciudadano canadiense de 38 años, graduado universitario, fue procesado con prisión preventiva por el juez de Instrucción Guillermo Adárvez, porque lo consideró autor de un grave ultraje sexual contra su hijo cuando el chico tenía 3 años, dijeron fuentes judiciales. Abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo fue la calificación que le enrostró al sospechoso el titular del Tercer Juzgado de Instrucción (secretaría de Eduardo Raed), además de ordenar un embargo de $400.000 en sus bienes, indicaron.

El fallo no está firme: la defensa del imputado apeló para intentar revertir la situación de su cliente en un tribunal superior. En el perfil psicológico del sospechoso no fue descripto como un pedófilo y, en su defensa, negó haber cometido semejantes conductas.

El caso había sido denunciado el 3 de setiembre de 2012 por la madre del niño (entonces de 3 años) luego de que su exmarido le regresara el chico tras el régimen de visitas acordado.

Según las fuentes, la mujer denunció tras las muestras de dolor de su hijo. Y entonces relató los extraños comportamientos de su nene entre el año y medio y el momento de la denuncia, es decir después que se separaron en buenos términos y el hombre se mudó a San Juan para ver al chico. Así, por ejemplo, reveló que en el jardín maternal lo veían esconderse, orinarse o golpearse la cabeza cuando lo iba a buscar su papá. Y aseguró que a ella le dijo que cuando jugaban él cumplía un rol femenino y su papá uno masculino, que lo hacía llorar cada noche que estaba con él y que era “un cochino” porque le tocaba la cola.

El informe psicológico de una experta en abusos fue clave para que el magistrado diera por cierto que los hechos existieron, más aún cuando el propio niño (hoy de 6 años) reiteró el mismo calificativo contra su papá, describió una vez que lo manoseó y se negó a recordar mayores detalles de esos episodios, dijeron.