Tentativa de robo agravado por el uso de arma de fuego apta para el disparo y portación ilegal de una arma de guerra. Esos delitos imputó el juez de Instrucción Guillermo Adárvez al oficial ayudante Mario Daniel Poblete Rementería (24), cuando resolvió procesarlo con prisión preventiva por intentar robar con una 9 mm reglamentaria un cyber en Capital, y herir a balazos a uno de los dueños y a un cliente, antes de ser apresado por los dueños del local y un policía federal retirado que pesaba por el lugar y aportó en el acto su identidad, pues era su vecino.

El magistrado también procesó con prisión preventiva a la agente Valeria Viviana Allende (27), por participación principal en la tentativa del robo, pues consideró probado que la mujer llevó en su auto Volkswagen Gold Trend hasta el comercio al oficial, le prestó su arma y huyó cuando vio que las cosas se habían complicado. Para cada uno, el juez ordenó además un embargo de $20.000, dijeron fuentes policiales.

Todo pasó a las 23.30 del 6 de febrero pasado en el ‘Cyber Stone’ que Andrés Heredia y Javier Roldán tienen en Sargento Cabral 2.198 Oeste, en Capital. Esa noche Heredia llegó para relevar a su socio, cuando apareció un sujeto que se acercó hasta su mostrador, tomó su celular de Heredia y se lo guardó en un bolsillo. El comerciante pensó que era broma. Pero el desconocido le advirtió: ‘quedate quietito, sentado’ mostrándole un arma en una riñonera, y dio media vuelta para irse. Entonces Heredia le gritó a su socio que los asaltaban y antes de que el ladrón cruzara la puerta lo interceptó y se trabó en lucha con él. Fue ahí que se produjo la situación más peligrosa, porque luego de gatillar varias veces, el delincuente cargó el arma y disparó tres veces: uno de los tiros dio en el pie izquierdo de Heredia y otro en la rodilla derecha de un cliente de 17 años.

Igual, Heredia siguió el forcejeó al que se sumó su socio y, ya afuera, redujeron al ladrón hasta que pasó un policía federal retirado y les ayudó a desarmar al sujeto y controlar la situación.

Entonces vino la sorpresa, el ladrón era Poblete (ya sancionado por prestar su uniforme para que un amigo entrara ver San Martín vs Boca) y el arma era de Allende. Minutos más tarde los pesquisas descubrían que esa agente era la supuesta cómplice del oficial, por una versión poco clara de cómo llegó su arma a Poblete. La joven llamó entre lágrimas a un compañero para decirle que el oficial le había sacado el arma y en la subcomisaría Santa Lucía Este, dejó la billetera del detenido.

El fallo no está firme: la defensa de la agente apeló, dijeron fuentes policiales.