Lo que era una fiesta de cumpleaños terminó en una pelea, con disparos incluido, el ataque a pedradas contra la casa del anfitrión y el posterior incendio de la vivienda de uno de los invitados. Todo empezó cuando echaron a tres jóvenes que no eran bienvenidos en ese baile. Eso desató la seguidilla de violentos episodios en un asentamiento de Pocito, los que empezaron el domingo y culminaron ayer con el robo y la quema de ese rancho.

Seguramente Miguel Herrera no olvidará nunca su cumpleaños número 50. Y no por el festejo que tuvo en su cumpleaños, sino por el mal momento que pasó el domingo a la madrugada en su casa en el asentamiento ‘Las Colminas’ en las calles Aberastain y 16, en La Rinconada, Pocito. Cuando estaban en medio de la diversión, aparecieron tres jóvenes de Carpintería que entraron a la fiesta con intenciones de tomar. Como no eran invitados, pararon la música y pidieron que se vayan. Entonces uno de esos muchachos, de nombre Diego, se molestó y sacó un revólver, relató una vecina. ’Los voy a bajar a uno por uno, ustedes no son nadie para corrernos’, gritó y efectuó un disparo al aire, según las versiones. ‘Salieron a la calle y yo le quise manotear el arma, pero me largó un tiro que me pasó cerca. Ahí me le fui encima y empecé a pegarle’, relató Fernando Paz, un invitado de la fiesta. El tal Diego recibió una golpiza y no tuvo otra que retirarse con sus dos amigos.

El problema fue que más tarde esos tres jóvenes y los integrantes de una familia conocida como ‘Los Chispas’, regresaron furiosos y atacaron a pedradas el domicilio del cumpleañero y rompieron una ventanilla de su Fiat Uno para luego darse a la fuga. Según gente del lugar, la patota volvió el domingo a la noche al asentamiento y apedreó la casa de otro de los invitados. Y ayer a eso de las 2 se la agarraron contra el rancho de Fernando Paz. Al ver que no estaba, violentaron la puerta y robaron una bicicleta, un televisor, la cocina y ropa. No satisfechos con el saqueo, prendieron fuego la precaria construcción y escaparon. Los vecinos acusan del ataque a esos jóvenes de Carpintería y a una familia vecina apodada ‘Los Chispas’, pero hasta anoche no habían detenidos.