Otra vez una piedra lanzada con violencia contra un micro de larga distancia, volvió a causar un susto mayúsculo entre los pasajeros la noche del miércoles, cuando cuatro de ellos terminaron heridos: un periodista desocupado que recibió el primer impacto en la frente (le hicieron 3 puntos), una señora salteña que viajaba a su lado y a quien el proyectil le dio en el costado izquierdo de su rostro. Y una joven madre y su bebé de un mes que recibieron la lluvia de cristales rotos, dijeron ayer fuentes policiales y Rubén Aciar (49) el más lesionado de los pasajeros.
El episodio trajo a la memoria el caso mortal de Alberto Verdeguer en abril pasado en ruta 20 (ver Un trágico…) y desató una polémica con dos focos: primero entre los propios pasajeros de ese micro de la firma Del Sur y Media Agua que -dijeron- llamaron al 911 y terminaron indignados por no recibir respuesta, y la negativa de altos mandos policiales sobre la existencia de esos reclamos.
El otro dato llamativo del caso se generó luego, cuando el ministro de Gobierno Adrián Cuevas calificó el ataque como una obra de ‘indios’, y enseguida desde la Comunidad Huarpe Salvador Talquenca salieron a decir que analizan la posibilidad de una denuncia por los dichos del funcionario.
Todo pasó minutos después de las 21,30, cuando el micro avanzaba por ruta 40 al Norte, poco después del cruce del puente de calle 5, en Rawson. Rubén Aciar (49 años, padre de dos nenas, periodista desocupado) recordó ayer que a esa hora él volvía de Mendoza de hacerse un control en su ojo derecho, pues el pasado 11 de septiembre lo operaron de cataratas, astigmatismo y miopía.
‘Venía en el asiento 45, reclinado, cuando sentí el estruendo. Ahí giré para esquivar pero igual me alcanzó a golpear en la frente y le dio en la cara a la señora (Liliana Sosa, 51 años). Era como una piedra bola de las que usan en la construcción, que cayó al pasillo y los vidrios lastimaron a la chica (Gisela Guzmán) a su bebé’, dijo ayer.
Aciar temió por esa operación que costeó de su bolsillo, después de un paciente ahorro haciendo changas. ‘Esto no fue una travesura de niños y sirve como muestra para que vean que no fue una sensación de inseguridad como dicen. Esto pudo haber terminado peor y sería bueno que hagan algo porque a mi me interesa viajar seguro’, dijo Aciar.