Filomeno Herman Román había cumplido 76 años el sábado, pero no festejó. Pasó el día como cualquier otro, con sus dificultades para caminar por problemas de circulación en sus piernas. Con Martín (35), ese hijo con una leve alteración mental que crió con ayuda de su familia desde pequeño, cuando lo abandonó su mujer. Con la esperanza de ver a su mamá: ‘ya va a venir, ya está mejor’, les decía a sus parientes, que con ternura notaban que algo no andaba bien en su cabeza, dijeron ayer. Hacía un tiempo largo que el anciano y Martín eran una responsabilidad compartida para sus parientes: unos les preparaban el desayuno, almorzaban con otros. Y así fue ayer al mediodía, el último de ese hombre que aún animaba los encuentros familiares con su guitarra y sus tonadas: Martín partió hacia la casa de su tía Luisa a traer el desayuno para ambos (era así desde que les robaron la garrafa) y allí se enteró que se había quedado sin papá.
Un sobrino del anciano y algunos vecinos, habían luchado contra las llamas que se apoderaban de su casa en calle Comercio al 1836 Sur, en La Bebida, Rivadavia, hasta que lo encontraron tirado en la cocina, de donde no había podido escapar. Mientras otros vecinos combatían el fuego hasta la llegada de Bomberos, Filomeno fue trasladado por su familiar al Hospital Marcial Quiroga, donde confirmaron el peor de los pronósticos apenas llegaron. Con el incendio controlado, la Policía revisó y llegó a una primera hipótesis: el incendio lo causó un cortocircuito en el dormitorio.

