Una prueba de ADN sobre restos genéticos extraídos de la zona genital de una mujer con problemas mentales que fue violada y luego asesinada a golpes (se sospecha que con una pala) en su casa del Lote Hogar 35, Pocito, acarreó un giro inesperado en la investigación que se inició el 28 de julio de 2011, cuando la encontraron muerta. La prueba reveló que la mujer fue violada por un chico que tenía 17 años al momento del crimen, y estaba libre porque se suponía que sólo había encubierto a su hermano Carlos Navea (20 años) y a su padrastro Ricardo Tejada (43), ambos detenidos.

Por esa razón, el juez de Instrucción José Atenágoras Vega (secretaría de Gladys Capdevila), pasó de considerar supuesto encubridor a Juan Navea (18) a tenerlo como principal sospechoso en el aberrante caso que cobró la vida de Elsa Sánchez (54), dijeron fuentes judiciales.

Al ser considerado encubridor, Navea estaba libre pero violó sus condiciones de excarcelación y eso obligó al juez a decretar su rebeldía y ordenar su captura, precisaron las fuentes. Por eso, policías de la Seccional 6ta lo apresaron en una calle de Rawson el 30 de mayo pasado.

A partir de ese momento la situación del joven comenzó a complicarse, porque desde Mendoza llegó el informe sobre las muestras extraídas del cuerpo de la víctima. Y se correspondían con él, el menos sospechado.

Elsa Sánchez era una pensionada de 54 años, madre de tres hijos, que vivía sola en el Lote Hogar 35 porque sus problemas psicológicos hicieron imposible la convivencia con sus hijos, dijeron esa vez sus parientes.

En el fondo de la casa la víctima tenía un rancho, que alquilaba a los Navea con su mamá y su padrastro.

Fuentes judiciales aseguran que hasta ahora no está del todo claro cuál fue el motivo que hubo para atacar a la mujer: en principio se habló del posible robo de un dinero que Sánchez nunca tuvo, aunque el ataque sexual es una de las fuertes razones para creer que pudieron matarla para ocultar ese delito.

Ante el nuevo hecho, Juan Navea se abstuvo de dar alguna versión. Y como era menor al momento del crimen, deberá ser sometido a un tratamiento tutelar y luego enfrentar un juicio en el que puede ser absuelto, condenado con una escala atenuada o castigado como un mayor, si acaso se lo considera alguien peligroso.