La noche del 11 de febrero del año pasado, dos ‘motochorros’ atacaron a Liliana Mónica Rosa (50) cuando salía de su agencia de quiniela ubicada en calle Catamarca, metros al Sur del cruce con 25 de Mayo, en pleno centro capitalino. La mujer fue atacada antes de subir a su auto y tras un forcejeo, los delincuentes huyeron con su bolso que contenía $5.000. El 12 de julio pasado, la quinielera fue atacada nuevamente: dos sujetos en moto la encañonaron en su local y le sustrajeron $527. No obstante, uno de ellos, un reo del Penal de Chimbas, fue apresado después. Ese había sido el último ataque contra esa agencia, pero ayer al mediodía, otros ‘motochorros’ quebraron la racha sin robos. Uno de los delincuentes fingió ser un cliente, apostó y antes de irse, sacó un arma y asaltó a la comerciante. La agenciera presionó el botón antipánico (la alarma), pero eso no evitó que los ladrones escaparan con un celular y con unos $250 de la recaudación, aseguró la damnificada.
Según Rosa, un sujeto llegó caminando hasta su local y a los segundos, otro muchacho se paró en la calle en una moto. El supuesto cliente sacó $10 para apostar, pero ‘ni sabía ni jugar’. En ese momento, la agenciera comenzó a dudar de ese muchacho que tenía enfrente. En medio de la jugada, el ‘cliente’ sacó un arma de fuego y le apuntó a Rosa. ‘El arma era plateada y como me pareció que no era de verdad, le puse la mano adelante. Ahí presioné la alarma que nos pusieron a las agencias hace unos meses’, dijo la comerciante.
Una vecina llegó hasta la puerta del local y al ver la situación, gritó pidiendo ayuda. Allí el delincuente le sacó un celular a la comerciante y unos $250 de la recaudación. Luego, salió corriendo hacia donde lo esperaba su cómplice y huyeron a toda velocidad hacia el Norte por calle Catamarca, comentaron las fuentes.
Tras el asalto, otra vecina tuvo que llamar al 911 ‘porque nunca apareció la Policía cuando activé la alarma. Es más, en la seccional me dijeron que a ellos nunca les llegó nada. Esto es una zona liberada’, comentó Liliana Rosa, indignada.
Por otro lado, algunos vecinos se quejaron por la inseguridad que hay en la zona y aseguraron que los arrebatos y asaltos ‘son moneda corriente’.

