Más problemas para el excampeón mundial juvenil de peso welter Amílcar Funes (34). A su presunta vinculación como principal sospechoso de haber matado por asfixia al peluquero Sergio Montenegro (35) el 3 de junio pasado, en Caucete, ahora suma sospechas como ladrón. Según fuentes policiales y judiciales, las escuchas telefónicas ordenadas por el juez de Instrucción Guillermo Adárvez para esclarecer el crimen, revelaron además que el boxeador y su pupilo de 17 años (ambos presos por ese homicidio), están ligados por lo menos a tres robos cometidos en Caucete.

Voceros del caso indicaron que esos hechos son el robo de una moto, el saqueo de una casa; y el ataque a una propiedad privada en la que sustrajeron bidones con combustibles.

La investigación policial sobre esos episodios ya avanzó, al punto de que hubo secuestro de evidencias, indicaron. Es más, fuentes policiales precisaron que, antes de ser detenido por el crimen de Montenegro, el menor ya había estado preso en la Seccional 9na de Caucete por el robo de la moto. Y que ahora, gracias a las escuchas, se supo que Funes también pudo tener relación con ese caso.

Funes y su pupilo habían sido detenidos el 14 de octubre pasado, cuando las intervenciones telefónicas pusieron al descubierto que habían sido los primeros en tener en sus manos el teléfono robado a Montenegro el día que lo mataron en su peluquería.

En su declaración, el menor dijo que el 2 de junio a la noche festejaban el cumpleaños de Funes en la casa de su madre, hasta que la mujer les apagó la música y los echó. Que entonces salieron a buscar bebidas y así fueron a parar a la peluquería de Montenegro, donde Funes discutió por cuestiones del momento con el anfitrión, al que noqueó golpeándolo con un objeto.

Según el expediente, el chico dijo que en ese momento salió del local e instantes después Funes salió también, y le entregó el teléfono de la víctima, que ya había sido asesinada.

Agregó que con ese aparato lo llamó a Funes la misma madrugada cuando se separaron. Y que sobre el mediodía del 3 de junio se lo dio al boxeador, quien le puso su chip y realizó al menos una llamada.

Funes en cambio negó conocer al peluquero. Reconoció que estuvo con el menor pero sólo un momento en su casa, que se drogó pero que no es adicto. Y que tuvo el teléfono de Montenegro, pero porque se lo entregó su pupilo, a quien se lo volvió cuando pensó que podía ser el aparato del fallecido. Ese aparato pasó luego a una pareja, investigada por encubrimiento.