Un incendio en una casa de Pocito dejó considerables pérdidas para la familia damnificada, desde donde dijeron que aparentemente el siniestro se inició en una habitación por un cortocircuito. Las llamas consumieron todo lo que había en esa pieza, incluida la pared de machimbre que la dividía con la cocina-comedor, sector que también fue afectado, aunque en menor medida.
Todo ocurrió cerca de las 19 del pasado domingo, en la casa 41 de la manzana E del barrio pocitano Santa Rosa. En ese lugar desde hace 18 años viven el árbitro de fútbol y también albañil Miguel Alé (52), junto a su esposa ama de casa Zulema Vega (43) y sus hijos de 11, 9 y 3 años. Este último no camina porque nació con una enfermedad en las piernas, indicaron.
Cuando el fuego se desató en la casa no había nadie: Alé estaba dirigiendo un partido en Rawson y los demás estaban en la casa de la madre de Vega, en el barrio la Estación, también en el departamento rawsino. "Gracias a Dios no estábamos, porque podría haber sido peor", rescató el hombre.
Fueron los vecinos los que se dieron cuenta que la vivienda estaba ardiendo y llamaron a los bomberos. Para cuando la familia llegó, las llamas ya habían consumido gran parte de sus pertenencias, como camas, colchones, un TV, muebles, roperos, dos celulares, un ventilador y otros objetos menores. También $8.000 con los que iban a pagar una multa para sacar una moto de la Policía y hasta los estudios del chiquito enfermo, dijeron.
Alé sabe de golpes. Hace 4 años sufrió un ACV, y recién el año pasado recuperó el habla y los movimientos. Dijo que esta es una nueva desgracia "que da mucha impotencia", pero que "no queda otra que seguir trabajando".