El fiscal de Cámara Penal, Gustavo Manini, pidió ayer que una joven y su ahora expareja sean condenados a 15 años de cárcel por su complicidad al matar a tiros a una exconvicta, adicta, que había ido a comprarles drogas el 14 de abril de 2014, sobre las 17, en el barrio San Ramón (también conocido como ‘Cueva del Chancho‘), Chimbas. Las defensas de ambos imputados rechazaron la teoría fiscal y luego de cruzar acusaciones, solicitaron a la jueza Silvia Peña Sansó (Sala I, Cámara Penal) que los absuelva.

Para el fiscal no hay dudas de que Daiana Vargas (20) recibió en un forcejeo un disparo de la víctima, Bárbara Galleguillo (tenía 29 años y era madre de tres chicos) quien había salido tres días antes de la cárcel. Y que con esa arma ultimó a su rival de tres tiros que le atravesaron el cuerpo: uno en el antebrazo izquierdo, otro a la altura de la cadera en el mismo costado, y el tercero y letal, en el abdomen.

También consideró probado que su entonces pareja, Rubén Darío Corso (26) también participó en la discusión y golpeó también a la víctima, para luego entrar a su casa a buscar una pistola 11.25, pasársela a Vargas y alentarla a que le disparara.

En su alegato, el fiscal no dejó pasar por alto las múltiples contradicciones y versiones acomodadas que dieron varios de los testigos del caso.

Al momento de alegar, los defensores rechazaron el planteo de la fiscalía. La defensora oficial de Vargas, Mónica Sefair, argumentó que su defendida jamás pudo cometer un acto así, pues la joven es (según un informe psicológico) alguien con un elevado nivel de tensión mental, insegura, que se siente inferior y culpable.

Y que en los cinco años de relación que mantuvo con Corso (desde que tenía 13 años) fue víctima de su violencia y de su personalidad machista. Por eso -dijo- la joven siempre dijo lo que ordenó Corso, echándose la culpa, cuando en realidad fue el propio Corso quien mató a Galleguillo con un arma con la que ya había golpeado antes a su defendida. Por eso pidió absolución.

A su tu turno, los defensores de Corso, Jorge Luis Videla y Carlos Daniel Rivadeo, negaron que su cliente alentara a matar y argumentaron que todo se produjo en una pelea entre ambas mujeres.

Hoy, habrá veredicto.