Habrá que esperar 5 días más para saber si va a la cárcel o, como busca su defensa, queda libre la pareja del excura y exdiputado provincial ya fallecido Juan Carlos Icazatti (77) por las supuestas aberraciones sexuales a la que sometían a su propia hija, cuando ésta tenía 15 años. A 8 años del escandaloso caso y con la mujer como única acusada tras la muerte del exsacerdote en diciembre pasado, el juicio por fin puede tener un veredicto el lunes próximo. Para su abogado ella es inocente y por eso ayer pidió su absolución. Distinta es la postura de los fiscales que en los alegatos solicitaron la dura pena de 12 años de prisión para la acusada, que hasta la fecha sigue libre.

También se espera para el lunes que los fiscales Eduardo Mallea y Ana Lía Larrea respondan al planteo de inconstitucionalidad hecho por el defensor, el abogado Miguel Dávila Saffe, al que le pareció excesiva la escala penal citada justamente por la parte acusadora. Es que piden la condena por corrupción de menores agravada por el vínculo. Después, vendrá el turno de esta mujer de 42 años que podrá decir sus últimas palabras antes de que los jueces de la Sala III den su fallo.

Los fiscales trataron de tirar abajo la versión de que la acusada fue una víctima más. Y los argumentos fueron que hasta antes del juicio ella siempre negó los abusos contra su hija, pero como Icazatti ahora está muerto lo acusa a él para salvarse. “Si Icazatti hubiese estado vivo, ¿la mujer hubiese actuado así? Dice que sabía lo que pasaba con su hija desde el 2008 y que ella también era sometida, ¿por qué nunca lo denunció o buscó ayuda?”, expresó el fiscal Mallea. Por más que la víctima se retractó en el juicio, los fiscales enumeraron pruebas y sostuvieron que los psicólogos ratificaron que la chica no mintió en la denuncia que hizo en 2007 y sufrió terribles abuso sexuales por parte de la pareja. Por ejemplo, bañarse todos juntos, mirar películas pornográficas y obligarla a ver cómo tenían sexo. La única explicación del por qué la chica cambió su declaración, es porque quiere evitar que su madre vaya presa, dijeron. Todo lo contrario, la defensa afirma que la acusada no tuvo ninguna participación y que está probado que vivía encerrada, era amenazada y sometida por el exsacerdote