Tres hombres fueron condenados a prisión perpetua y un adolescente fue declarado culpable y será sometido al régimen penal de menores, por el crimen de una mujer que había amenazado con denunciarlos por intentar inscribir como propio a su nieto de pocos meses, dado en adopción de manera clandestina por una de sus hijastras, en la ciudad fueguina de Río Grande, informaron hoy fuentes judiciales.
La sentencia fue dictada por el Tribunal de Juicio en lo criminal de la ciudad fueguina de Río Grande, en el marco del juicio por el crimen de Gladys Moledo (54), asesinada a puñaladas el 9 de septiembre de 2019 en su casa.
La sentencia recayó en Gastón Eduardo Blanco, Juan Ramón y José Manuel Gómez, quienes fueron hallados “coautores penalmente responsables del delito de homicidio doblemente agravado”, mientras que un joven de 17 años al momento del hecho fue declarado culpable como participe secundario del crimen y será sometido al régimen penal para menores, indicaron las fuentes.
La Justicia fueguina demostró que una de las hijastras de la víctima, Oriana Milagros González, había dado a luz a un niño pocos meses antes del homicidio, y se la había entregado a una familia de conocidos (los tíos de su mejor amiga), quienes intentaron inscribirla como propia.
Los integrantes de esa familia -que son los ahora condenados- fueron quienes, de acuerdo a la pesquisa, mataron a la mujer cuando amenazó con denunciar la adopción clandestina de su nieto.
El acusado Juan Ramón Gómez aceptó prestar declaración indagatoria al comenzar el juicio, se declaró culpable y admitió haber sido quien apuñaló a la mujer.
Los demás imputados avalaron esa versión, pero tanto la fiscal Laura Urquiza como los jueces Eduardo López, Juan Varela y Martín Bramati entendieron que los cuatro sospechosos tuvieron una participación activa en el homicidio.
El tribunal concluyó que los tres adultos fueron responsables de “haber matado a la mujer, previo acuerdo y división de tareas y roles”, mientras que el menor “brindó la ayuda necesaria para que se consumara el delito”.
La mujer sufrió varias heridas cortantes en el cuerpo, dos de ellas en la zona del cuello, mientras estaba al cuidado de uno de sus nietos de dos años.
El fallo corroboró que los autores ingresaron a la vivienda de la víctima, “sin ejercer fuerza en la cerradura, y aprovechando que estaba desprevenida la neutralizaron, golpearon en el rostro y provocaron heridas de muerte con un cuchillo”.
En tanto, el menor “los llevó hasta un lugar cercano al domicilio y se reunió con el resto de los coautores en forma posterior a haber consumado el hecho en una dirección acordada”, puede leerse en la acusación fiscal aceptada por los jueces.
El tribunal también utilizó como evidencia las imágenes de cámaras de seguridad, testimonios y otros indicios que ubican a los acusados en la escena del crimen.
El hecho fue descubierto cuando el nieto de Moledo, que estaba dentro de la casa cuando la mataron, comenzó a gritar y alertó a los vecinos, quienes descubrieron el cuerpo tendido en el suelo, en medio de un charco de sangre.