Eran como las 23,30 de la noche del martes, final de una jornada con cierta agitación y entusiasmo en la casa prefabricada que desde hacía una semana alquilaba Gabriela Avila (23) para vivir con sus hijos Lucio (5) y Jana (3) en la esquina de Merceditas y 11 de Setiembre, en el Loteo Don Juan, Rawson. Porque en la mañana la joven había recibido los $15.000 de un préstamo que le sacó su madre para ver cómo hacía para empezar a pagar su propia casa con un plan Natania. Porque había cobrado su sueldo de empleada doméstica y había gastado unos $5.000 en comprar ropa de cama y otras cosas necesarias en su nuevo domicilio. Porque ese día su hijo de 5 años intentó aguantar lo que más pudo sin dormir esperando ansioso la visita de su padre.

Justamente en el dormitorio del niño, prácticamente dormido, estaba la joven con una amiga cuando empezaron a sentir como crujían las maderas. Salieron rápido hacia afuera, cuando las sorprendieron las llamas en una esquina del dormitorio de la nena de Gabriela. Y entonces todo fue desesperación, porque el fuego se propagaba implacable. Gabriela recordó ayer que alcanzó a sacar a sus hijos con su amiga cuando los techos se derrumbaban, mientras sus vecinos rescataban un modular y una heladera, lo único que pudieron en medio de ese infierno que en minutos consumió todas sus cosas y también las pocas que tenía Carolina Olivares (22) otra joven empleada doméstica, madre de una nena, que también vivía con Gabriela.

Dos cuchetas, dos camas de dos plazas, dos chifonier, dos mesas y 12 sillas, el lavarropas, el secarropas, un televisor, un DVD, la cocina, toda la ropa, todo el calzado y hasta los documentos de la familia Avila. También una cama, un chifonier y la ropa de Carolina y su nena, que en ese momento no estaban.
Ambas empleadas domésticas y madres separadas, pasaron la noche en la casa de la madre de Carolina. Y ayer seguían con la angustia intacta.

‘Todo lo que tenía lo tenía por mi trabajo, pero ahora estoy en la calle, no tengo donde vivir y encima tengo que pagar un préstamo. Lo único que tengo son 50 pesos porque el almacenero no tenía cambio. Todo esto es de terror, pero estamos vivos y puedo trabajar, así que empezaré de nuevo‘, dijo ayer Gabriela, al borde de las lágrimas, lamentándose también porque entre las cosas perdidas estaba el equipo nuevo de hockey sobre patines de Lucio, capitán de su equipo en Unión de Villa Krause.

¿Cómo se originó el incendio? un cortocircuito en un tablero eléctrico de la vivienda es la principal hipótesis de la policía, que ayer investigaban si el problema tiene alguna vinculación con una instalación eléctrica que el dueño de casa había realizado por la tarde, dijeron fuentes policiales.