Un penitenciario y un changarín murieron trágicamente en distintos siniestros viales ocurridos en Pocito en un lapso de 9 horas. Ambos casos son investigados por el fiscal Renato Roca (UFI Delitos Especiales), quien anoche aguardaba los resultados de las pericias y de los análisis toxicológicos y de alcoholemia para determinar si debe o no acusar por homicidio culposo a los dos conductores detenidos.
EL PENITENCIARIO
La primera víctima fatal fue el penitenciario Rodolfo "Rodi" García Olivieri (32), fallecido al chocar el auto que conducía contra una camioneta. Estaba casado con Florencia Yanzón (26), quien lo acompañaba en el Volkswagen Gol Trend, al igual que otra chica llamada Yasmín Rojo (21). Los tres habían pasado el día en una casa con pileta y regresaban cuando, a eso de las 21.30 del viernes, impactaron contra una Ford F-100 que guiaba Carmen Alcaraz (47).
Según fuentes judiciales, el fallecido circulaba por Maurín hacia el Sur, mientras que la otra conductora lo hacía por Calle 7 rumbo al Oeste. El choque fue violento, al punto que el frente del Gol Trend terminó destruido y la camioneta adentro de un zanjón, a un costado de la calle. El penitenciario se llevó la peor parte, pues sufrió graves lesiones que lo sentenciaron a eso de las 3 de ayer, cuando estaba internado en el Hospital Rawson. Los otros implicados estaban fuera de peligro. Alcaraz fue detenida.
EL CHANGARÍN
Alrededor de las 6.15 de ayer fue la desgracia de Rodolfo Oscar Sosa (45). Pedaleaba por calle Mendoza en dirección al Norte cuando al llegar a Calle 13 fue embestido desde atrás por un Fiat Uno conducido por Kevin Elías Vega (19), quien tras el impacto se dio a la fuga, abandonando el auto en un callejón en la zona de Ruta 40 y Calle 15. El joven fue apresado cuando caminaba por Ruta 40 y 17 con su pareja, de apellido González (20), que iba con él en el vehículo. Sosa murió prácticamente en el acto. Hacía changas como obrero de finca y tenía 5 hijos pequeños. Vivía en el Barrio Cruce de Los Andes, situado a metros del lugar del hecho. "Sentí una frenada muy fuerte, pero nunca me imaginé algo así. Era muy humilde, muy trabajador, no se metía con nadie, todos los días llevaba a sus hijitos a la escuela", lamentó una vecina.