Fallas en el funcionamiento lógico de su pensamiento, una importante carga de fantasía en su relato y, sobre todo, la ausencia de indicadores de que, efectivamente, fue una víctima de situaciones de abuso sexual. Ese informe de una psicóloga, fue clave para que un trabajador de 35 años fuera desligado para siempre con un sobreseimiento de un delito muy grave: las presuntas violaciones cometidas contra su hijastra durante años.
Fue el fiscal de la UFI CAVIG, Juan Manuel Gálvez, quien le pidió a la jueza Verónica Chicón que sobreseyera al imputado, porque no surgía la existencia de un delito de toda la investigación encarada para saber si realmente había cometido múltiples ataques sexuales contra su hijastra (ahora mayor de edad). Como era de esperar, Diego Román Molina Meglioli, defensor del ahora desligado, adhirió al planteo fiscal.
Para ese momento, el hombre había pasado alrededor de 3 meses y medio preso (desde el 3 de setiembre al 20 de diciembre pasados) por algo que solo existió ‘en la fantasía’ de su hijastra, indicaron fuentes judiciales.
El hombre había comenzado a enfrentar formalmente una investigación penal el 6 de setiembre del año pasado, acusado de cometer abusos sexuales que incluyeron violaciones contra la jovencita. La presunta víctima, para entonces había dicho que todo comenzó cuando era pequeña, durante las siestas, cuando su mamá salía a trabajar y ella con su hermanito quedaban al cuidado de su padrastro.
Tras la denuncia en la UFI CAVIG, relató que al principio comenzó a ser manoseada y que, ya en la adolescencia, empezó a ser violada en múltiples ocasiones y siempre a manos del mismo autor.
Hubo otra prueba que también pesó a la hora de llegar a la conclusión de que el trabajador no había cometido los ataques que le atribuía su hijastra: una pericia psicológica en el propio imputado, demostró que no tenía una personalidad proclive a cometer abusos contra niños, precisaron voceros judiciales.