Tres delincuentes se metieron a una casa de Rivadavia e hicieron vivir una noche de terror a una mujer y a su hijo. Los sorprendieron mientras miraban televisión. Los sujetos decían ser ‘profesionales’, pero varias veces amenazaron con matar a sus dos víctimas, hasta querían llevarse al joven para que manejara el auto de la familia y así poder cargar el botín. Al cabo de más de una hora, fugaron a pie con bolsos y valijas llenos de ropa, costosos artefactos electrónicos, joyas y más de 14.000 pesos, entre dólares y moneda nacional.

La garita del vigilante privado está a no más de 100 metros, aún así los delincuentes se las ingeniaron para llegar a los fondos del domicilio de la familia Ahumada, en calle Juan Widmer del Bº San Roberto, indicó la Policía. Ahí treparon la pared y se metieron a la vivienda por una puerta que estaba sin traba. Jorge Saad contó que esto fue aproximadamente a las 22 del lunes y los únicos que estaban en casa eran su hermano Augusto, de 22 años, y su madre de apellido Ahumada (que es docente), quienes miraban televisión en la planta alta cuando escucharon ladrar los perros. Uno de ellos fue a ver qué pasaba y se encontró con tres encapuchados armados con pistolas que subían por las escaleras, relató el joven.

Los asaltantes obligaron a la mujer y al joven a tirarse al suelo, después lo llevaron a un dormitorio y los pusieron contra la pared. ‘Los sujetos decían que no nos iban hacer nada, que no eran asesinos. Pero a la vez, nos amenazaban con que si los poníamos nerviosos, si decíamos algo o los mirábamos, nos mataban’, relató la dueña de casa. Los desconocidos revisaron placares y otros muebles buscando alguna caja fuerte y cosas de valor por más de una hora. Así se apoderaron de 800 pesos y 3.000 dólares, varias joyas, dos notebooks, una cámara de fotos profesional y otra pequeña, una Tablet, un iPhone, una consola de juego Nintendo Wii, varias prendas de vestir, bolsos y valijas, mencionó la familia y la Policía. En un momento se les ocurrió también robar el auto de la familia y llevarse a Augusto para que manejara mientras salían del barrio. Al final no se pusieron de acuerdo, de modo que encerraron al joven y a su madre en el baño y huyeron a pie con el botín.