Faltaban unos 10 minutos para las 22 del 27 de agosto de 2009 cuando Camilo Davil Ripoll (alias "El Camilito") abordaba con un menor un micro de la línea 33 de la empresa Albardón sobre calle Mendoza, entre Patagonia y Santa Cruz, en Chimbas. "Quedate quietito o te reviento", le advirtieron al chofer, presionándole una punta en el cuello. Fue lo más eficaz para quitarle la plata y las cosas de valor que tenía y huir. En un juicio abreviado celebrado con su defensora Carina Tejada y la fiscal Alicia Esquivel Puiggrós, aceptó 4 años y 4 meses de cárcel. Y esa pena le dio ayer el juez Félix Herrero Martín (Sala II, Cámara Penal). Ese castigo deberá unificarse con otro de 4 años y 5 meses, dijeron fuentes judiciales.
