El condenado dijo que lo denunció la madre de la nena por despecho, porque ella lo buscaba y él la rechazó. Las pruebas demostraron que el delito existió.

 

La Corte de Justicia revisó la sentencia por la cual se había condenado a 5 años de cárcel a un sujeto, que durante más de un año y al menos tres veces por semana abusó de su sobrina, cuando la niña tenía 10 años. Y le duplicó el castigo, tras considerar que le asistía razón a la Fiscalía y la Parte Querellante cuando reclamaron que se aplicara un agravante al delito cometido y condenaran al acusado a la pena que finalmente impuso el máximo tribunal de Justicia local, dijeron fuentes judiciales.

Es el segundo caso que trascendió en los últimos días, en que los mismos ministros Adolfo Caballero, Horacio De Sanctis y Ángel Medina Palá analizan la sentencia contra un abusador, le modifican la calificación al delito que cometió y le elevan el castigo.

La semana pasada, habían cuadriplicado la condena (le quedó en 14 años) a otro sujeto que había abusado de tres sobrinas. En esa decisión, también le llamaron la atención a la jueza Silvia Peña Sansó de Ruiz (Sala I, Cámara Penal) por demorar el trámite del juicio, al cabo del cual había condenado a 3 años y 4 meses al abusador.

Como en esa ocasión, ahora también fue el mismo fiscal, Gustavo Enrique Manini, y el defensor oficial Marcelo Salinas (representó a los querellantes, la familia de la víctima) quienes pidieron revisar un fallo de otro juez de la Sala I de la Cámara Penal, Juan Carlos Caballero Vidal (h), que condenó a 5 años al abusador.

Fiscalía y Parte Querellante entendían que cabía elevar el castigo al sujeto, de 30 años, porque no se le había aplicado un agravante: ser guardador, es decir la persona al cuidado de su sobrina cuando ocurrieron los abusos, durante todo 2014 y parte de 2015. Las maniobras se perpetraban cuando el condenado, entonces desocupado, pedía la nena a sus padres, con la excusa de que le ayudara a cuidar a su bebé y otros dos hijos pequeños, ya que su esposa salía a trabajar.

El caso se judicializó con una denuncia el 3 de octubre de 2015. Fue después de que la nena le contara a un primo lo que le hacía su tío durante las tardes, cuando iba a su casa a cuidar de sus primitos. Eso lo supo la madre de ese chico y enseguida también la mamá de la nena.

En su defensa, el sujeto había dicho que la denuncia fue obra del despecho de la madre de la niña, porque él se resistía a tener una relación con ella. Las pruebas, en cambio, demostraron que los delitos habían existido.