Al menos tres puertas rotas. Las rejas rotas y decenas de medicamentos esparcidos en el sector de Farmacia. Algunas carpetas y cajas tiradas en la administración. En la enfermería todo revuelto, con la heladera abierta y algunas vacunas afuera, y con la consiguiente desaparición de instrumentos y equipos médicos. Esto es lo que dejaron los vándalos que ayer en la mañana entraron al centro de salud de Villa Unión, Chimbas, y que otra vez robaron y provocaron daños en el edificio en el que diariamente atienden alrededor de 200 personas.

Hace un año y medio, de ese mismo puesto sanitario se llevaron 130 kilos de leche, aseguró Clara Ruíz, jefa del Área Programática de Chimbas Oeste. Anteriormente a ese hecho, en el lapso de sólo 15 días robaron dos heladeras con medicamentos. Eso explicaba las palabras del ministro Oscar Balverdi, que dijo "más que sorprendido, estoy caliente. Debo confesar que estoy bastante cansado con los reiterados robos en ese puesto de salud".

El local de la esquina de la Salvador María del Carril y Justo Olmos amaneció con las luces prendidas. Las personas que madrugaron para sacar turno, fueron los primeros en descubrir que algo raro pasaba. A las 6.40 llegó Cinthia Peralta, la jefa del personal, y abrió la puerta para darse con un desolador panorama. Los ladrones habían entrado por una puerta que da a un patio interior. Adentro hicieron un desastre. Sólo en un solo consultorio no entraron, después revisaron todo el edificio para ver qué se llevaban. Del consultorio odontológico sustrajeron un esterilizador. De la sala de enfermería robaron, entre otras cosas, una balanza pediátrica, más de 100 instrumentos de odontología, también sacaron la insulina y cajas de vacunas, otras las dejaron fuera de la heladera. Rompieron los barrotes del mostrador de Farmacia y de ahí llevaron analgésicos y otros remedios (psicofármacos no había), hasta ampollas anticonceptivas y una caja de preservativos, dijeron los empleados. Ni la administración se salvó: se alzaron con algunas historias clínicas, una cafetera, material de librería y limpieza, como dos baldes nuevos.

Además del robo, hubo daños en las oficinas y equipos médicos, pero lo que más lamentaba el personal eran las decenas de vacunas que perdieron la cadena de frío y no servían más. De la seguridad del centro sanitario no se habló nada; los policías de la zona estaban más ocupados en tratar de encontrar a los responsables del ataque. Los empleados mientras tanto hoy volverán a atender al público, pero "en lo que puedan" -dijeron- porque hay algunos consultorios que no podrán funcionar todavía.