La expedición al Cerro Mercedario en busca de nuevos rastros del alemán Andreas Colli, no arrojó ningún resultado. Los militares y los policías que subieron al Glaciar Caballito no encontraron nada del andinista, por lo que el caso volvió a foja cero y nuevamente reina el desconcierto. La familia del extranjero, a través de comunicados, ya había adelantado que ese operativo no tenía sentido y arriesgó que la aparición de la documentación de Colli en esa zona era otra maniobra para sembrar pistas falsas con el objetivo de desviar la investigación.
El regresó de los policías del Geras y los efectivos del RIM 22 el domingo 16 de este mes, pasó inadvertido. Y es que el operativo, que generó expectativa después de que el 8 de febrero último dos austríacos hallaran una bolsa con la documentación de Colli, se realizó con más de un mes de demora. Recién partieron el 10 de marzo. Se tardó tanto en organizar esa expedición, que los dos andinistas que encontraron esos papeles y que iban a guiar a los investigadores se cansaron de esperar y se fueron molestos del país.
Fuentes del caso confirmaron que el grupo de uniformados llegó a los 5.200 de altura y rastrilló el Glaciar Caballito, sin que surgieran nuevas pistas y esto abre más interrogantes entorno a la suerte que tuvo Andreas Colli, quién desapareció entre el 14 y 21 de diciembre de 2002 cuando ascendía al Cerro Mercedario. Los investigadores no saben explicar cómo es que en diciembre 2006 dos italianos (así lo declararon unos baqueanos y unos gendarmes) hallaron la mochila con ropa y otras pertenencias de Colli en la zona de El Cerro Negro, algo de 3 km de distancia y una diferencia de aproximadamente 1.400 metros de altura de donde ahora apareció la documentación del alemán. Para la familia de Andreas, que sigue investigando el caso, la única respuesta es que al andinista lo mataron en la montaña para robarle su dinero y que los autores del crimen siguen sembrando pistas falsas para que crean que sufrió un accidente y no se conozca la verdad.

