Mailén Soria (21) acababa de bañar a su hijito de 4 años y se alistaba para darse una ducha e irse a su trabajo cuando el espeso humo proveniente de una de las habitaciones la alertó. Rápidamente fue a ver y se encontró con que el colchón que había apoyado en una pared había caído sobre un espiral encendido y estaba comenzando a arder, por lo que mojó unas sábanas y se las tiró encima. Pero no funcionó y mientras evaluaba otra posibilidad no le quedó otra que tomar a su nene y correr hacia la calle, pues el aire ya era irrespirable. Apenas unos minutos después miraba, resignada, cómo el fuego tomaba toda la casa y destruía todos los muebles, aparatos y demás pertenencias.

Todo fue alrededor de las 12 de ayer en Rawson, en una vivienda del Barrio Güemes, en Liniers entre Vidart y Olegario Andrade. Allí vivía la abuela de Mailén, quien falleció el 1 de febrero pasado con 75 años, a raíz de múltiples enfermedades. Según la joven, ella la cuidaba y pasaba muchas horas en esa casa. Por eso ya se había llevado muchas de sus cosas, y luego de la muerte decidió mudarse definitivamente, por lo que allí tenía todas sus pertenencias, además de las de su abuela. Por eso el incendio fue tan dañino, pues muchos de los aparatos y los muebles estaban duplicados.

Las llamas comenzaron en la pieza donde estaba el colchón y el espiral, y se extendieron al otro dormitorio, al baño, a la cocina y al comedor, con mucha facilidad porque la mayoría de las divisiones interiores eran de madera.

"Estaba sacando las cosas de mi abuela y poniendo las mías. Pero estaba todo adentro, todo se quemó", lamentó Mailén, que trabaja para una empresa de limpieza. Su madre, Flavia Vera (49), hija de la anciana fallecida, dijo que ella también pretendía irse a vivir allí. Ahora no saben bien qué hacer. "Estamos muy mal, más allá de lo material, se quemaron muchas cosas de gran valor afectivo. Se fueron todos los recuerdos de mi madre… lo único bueno es que a mi hija y a mi nieto no les pasó nada", expresó, conteniendo las lágrimas. Luego, al ingresar y ver la ropa de su madre quemada, no pudo aguantar más y quebró en llanto.