Sus amigos y familiares le decían "Gato", tenía 26 años, cuatro hijos pequeños y en los últimos días arrimaba unos pesos a su casa con su trabajo en la cosecha de aceitunas. Plata siempre faltaba en la casa de Walter Castro, por eso en la noche del miércoles aceptó la oferta de $1.000 pesos que le hizo una vecina a la que le habían sacado el medidor de la electricidad, para "engancharla" al servicio, contaron ayer sus dolidos familiares. Pero esa misión no pasó del intento y terminaría siendo la último para Walter: montado en un gabinete para las garrafas, manipulaba los cables para conectarse a la red de media tensión en su barrio, el Conjunto 7, en Pocito, cuando una descarga lo sacudió con violencia. Un fuerte golpe con la parte de la nuca en el gabinete antes de caer, fue otra de las causas que sentenciaron los días de ese joven, precisaron fuentes policiales.
"Alcanzó a levantarse para pedir ayuda, volvió a caer y quedó ahí para siempre. Era un laburante, necesitaba la plata para su familia", contó un familiar de la víctima.
Todo pasó a eso de las 22,30 del miércoles en la casa que habita Melisa Maffezini (31) con una de sus pequeñas hijas. "Días atrás le sacaron el medidor y anoche (por el miércoles) buscó a un vecino para que la enganche, pero como no lo halló le pidió a Walter", precisó un pariente de Castro.
Cuando personal de la salud constató la muerte del joven, algunos vecinos intentaron tomar represalias contra la dueña de casa y también buscaron dañar la propiedad. Por eso efectivos de la seccional 6ta. debieron trasladar a la joven para resguardarla y poner uniformados a custodiar la vivienda. El caso será resuelto por la juez en lo Correccional Mónica Lucero.