"Guille", llamaron desde la calle, en tono familiar. Daba la impresión de alguien conocido y por eso Guillermo David Romero (36 años) salió confiado. Enfiló sus pasos hasta la vereda, con sus ojos clavados en ese desconocido montado en moto. Apenas pisó la vereda, quedó en medio de una confusión: "Esto es un encargo de Camargo", le habría dicho el sujeto mientras una vecina, a los gritos, trataba de alejarlo de la trampa: "¡cuidado con el fierro!", advirtió la mujer. Y Guillermo contorsionó su cuerpo y alzó sus brazos cubriéndose el rostro instintivamente, pero entonces una bala, lanzada a menos de 2 metros por otro desconocido que se había ocultado, se coló por el costado izquierdo de su pecho y atravesó dañinamente su tórax hasta salir por la cintura en el costado opuesto. Desde aquel mediodía del pasado domingo 6 de febrero, una plegaria tras otra se sumó para rogar que Guillermo no corriera la peor suerte. Pero los ruegos y los esfuerzos de los médicos resultaron inútiles: Ayer, a las 5.10, la policía empezaba a manejar el caso Romero como un homicidio, con la fuerte sospecha de ser un crimen por encargo.
¿Quién y por qué querría matar a ese ex boxeador, laburante, y padre de 3 hijos? La familia de la víctima (ex púgil peso welter) no lo duda: Martín Camargo (26), un vecino que vive al lado de los Romeros en el barrio Colón, Santa Lucía, lo hizo. Nélida Castro, esposa del fallecido, aseguró ayer entre lágrimas que todo empeoró con Camargo el pasado 14 de noviembre, cuando le dio un cachazo en la cabeza a su marido y, ya en el piso, le lanzó dos disparos. Todo porque Guillermo le dijo que dejara de molestar a su hija de 15 años, la obsesión de Camargo.
Desde entonces hubo amenazas, denuncias cruzadas en la policía, y una situación que se tornó insostenible hasta que el día previo al crimen, el propio Guillermo y otros testigos escucharon a Camargo sentenciarlo a muerte: "Mañana sos boleta", le habría dicho. Al otro día, sufrió el letal ataque.
Por el caso están detenidos Roberto Castillo y Cristian Muñoz, como supuestos autores del ataque. Camargo, está prófugo. Ayer, los Romero y sus vecinos reclamaron por enésima vez contra los Camargo, a quienes no quieren en el barrio por su conflictiva y delictiva conducta. Dijeron que recolectaron firmas y llevaron sus reclamos hasta Casa de Gobierno para buscar respuestas, pero nunca las tuvieron: "Le dije a la policía que hiciera algo porque en cualquier momento mataban a mi marido ¿qué más tiene que pasar para que hagan algo?", se preguntó ayer Nélida, dolida y llena de bronca.