La jubilada baleada el sábado a la noche en Caucete finalmente murió y con esto el caso se convirtió en un asesinato. Por ahora el principal sospechoso es un policía retirado que ya fue detenido, aunque hay dudas acerca de quién efectuó el tiro mortal. Este sujeto sería el que disparó con un FAL o una carabina en medio de la gresca vecinal, pero también señalan al hijo, quien permanece prófugo y supuestamente andaba con una pistola, indicaron los vecinos y fuentes del caso.
María Florencia Valdez viuda de Olivera (66) venció un cáncer que la tuvo mal hace dos años, pero no pudo sobreponerse a ese balazo que recibió en su rostro y terminó alojado cerca de su cervical. Las complicaciones hicieron que falleciera a las 23 del domingo.
La jubilada, quien tenía 5 hijos y 13 nietos, fue la víctima inocente de un enfrentamiento entre vecinos que comenzó el sábado a la noche en la plaza del Bº Nikizanga, Caucete, y acabó en la puerta de su casa en la esquina de la manzana H de ese barrio. Todo se originó, según vecinos, cuando Carlos Cataldo (20) y Eduardo Vilches (20) golpearon a Carlos Moreta después de que éste los amenazaran con una botella rota por una vieja disputa. Luego, el policía retirado Juan Moreta salió en defensa de su hijo Carlos y recibió otra paliza, aseguraron. La versión es que se metieron parientes y amigos, que hubo amenazas con cuchillos y pedradas hasta que se dispersaron. Al rato aparecieron Juan Moreta con un FAL o una carabina y su hijo Carlos con una pistola, posiblemente una 9 mm, largando tiros, dijeron. Uno de esos disparos fue el que pegó en la cara a la jubilada, que cerraba la ventana de su casa justamente para refugiarse del escándalo. Entre los detenidos está el expolicía Juan Moreta (51), que habría dicho que fue el único que disparó. Sin embargo, su hijo no aparece y hay sospechas que pudo ser él quien hirió mortalmente a la jubilada. Las armas no fueron encontradas y no trascendió el resultado de las pericias para saber qué tipo de proyectil la mató.

