Eran exactamente las 17.40 de ayer cuando dos empleados de Hidráulica que limpiaban con una retroexcavadora un tramo del canal Sur en el callejón 4, unos 150 metros al Oeste del vértice que divide la ruta nacional 40 con la calle Vicuña Larraín, en el ingreso a Jáchal, se toparon con algo que no esperaban: Un pie con su zapatilla y parte de una pierna sobresaliendo del barro. No cabía otra posibilidad, podía ser el joven albañil que había desaparecido 10 días atrás, Miguel Mateo Muñoz (24). Enseguida llegó la policía, decenas de curiosos y la propia familia de ese joven que apenas vieron el cuerpo lo confirmaron. Minutos después de las 22, los profesionales que echaron un primer vistazo al cadáver descubrieron que no presentaba heridas de cuchillo ni de arma de fuego, pero enseguida notaron al menos tres lesiones que reforzaban la teoría del crimen: un golpe con un corte en el costado izquierdo de la frente, otro golpe con hematoma en la parte frontal derecha y un diente menos, precisaron anoche fuentes ligadas a la investigación.
La falta de la pieza dental parecía confirmar que hubo un ataque, ya que la propia familia del fallecido aseguró anoche a este diario que a Miguel no le faltaba ningún diente. "Esto fue homicidio, no hay otra cosa ¿quién lo hizo?, eso lo determinará la justicia", dijo César Muñoz a este diario.
La hipótesis de un crimen ya estaba instalada entre los policías que investigaban el caso en la seccional 21ra. También entre familiares y amigos, aunque estos últimos sospechaban de unos policías e incluso protagonizaron una inédita descarga de furia contra la seccional y el municipio en la noche del lunes (ver página 11).
Sin embargo, para los pesquisas que dirige el juez penal Carlos Mateos en Jáchal (Segunda Circunscripción Judicial), las lesiones descubiertas en el cuerpo parecen encajar más con la hipótesis aportada por un testigo de apellido Malla, clave en el caso: un joven que aseguró haber sido golpeado por los hermanos Mario Manuel (38) y Eduardo Roque Maza (42) y haber visto el último domingo en la mañana cuando esos sujetos peleaban y luego perseguían a Muñoz justamente rumbo al canal Sur, el mismo en el que apareció el cuerpo ayer luego de 10 días de misterio y alta tensión.
Anoche, el cuerpo era trasladado a la morgue judicial apostada en Rivadavia para que el médico forense establezca si las lesiones se produjeron antes, durante o después del fallecimiento. Y si fueron lo suficientemente graves para provocar la muerte. Las conclusiones de ese profesional serán la clave para el futuro de la investigación, porque definirán si se cometió o no un homicidio y si los hermanos Maza deben o no seguir detenidos y vinculados a un caso que conmocionó a la provincia y tuvo alta repercusión en el país.
