Por primera vez, el médico ginecólogo Ricardo Daniel Ortiz (57) rompió el silencio en la causa que lo tiene como único acusado de provocar la muerte de una paciente con hipertensión (Valeria Robles, 39 años), por no haber previsto -según la acusación- que después de someterla a una cesárea su cuadro podría complicarse y moriría tres días después, el 19 de agosto de 2018, a causa de la enésima crisis de presión arterial que derivó en un ACV hemorrágico. Durante el juicio y también en diálogo con este diario, el profesional dijo: ‘Lo del ACV fue una fatalidad, estoy tranquilo con mi proceder médico. En mis 30 años como profesional de la medicina participé en más de 1.000 nacimientos y en cientos de casos de pacientes hipertensas. Y puedo asegurar que este hecho fue una excepcionalidad, porque estadística y científicamente está probado que luego del parto los valores de presión arterial se estabilizan’, dijo el médico.
Ante el juez de la Unidad Conclusiva, Ricardo Moine, la fiscal Claudia Salica, su colaboradora Romina Mascarell, la abogada de la familia de la víctima, María Cristina Naveda, y su defensor, Federico Aguiar, el médico aseguró que desde la semana 20 de gestación controló a la paciente por su problema hipertensivo. Que le explicó de la alternativa de buscar atención especializada con cuidados intensivos en el hospital Rawson. Que ella decidió continuar con el tratamiento e incluso estuvo de acuerdo en que esa cesárea se hiciera el día 20 de agosto de aquel año (por su crisis se adelantó al 16) en la Clínica Mayor, porque era el lugar que le cubría su obra social.
‘ES MENTIRA’
‘Es mentira lo que dice. Si hubiéramos sabido eso de los cuidados intensivos, no hubiéramos dudado en ir a otro lugar y cambiábamos de obra social, porque era un embarazo muy buscado y de mucho cuidado’, dijo Diego Salinas esposo de la víctima, y actualmente al cuidado de sus tres hijos de 14, 12 y 5 años. Y agregó: ‘él no le dio a mi señora chances de pelear por su vida. En los tres días que estuvo en terapia intensiva en el hospital Rawson, no fue a verla nunca y me dio y me da bronca su falta de compromiso. Yo espero Justicia. No quiero que le pase esto a otras mujeres’.
Al médico le atribuyen el presunto delito de homicidio culposo, un delito excarcelable que, además de una eventual pena, conlleva otra de inhabilitación para ejercer la profesión. Fiscalía y la Parte Querellante sostienen la acusación contra Ortiz porque, además de la versión del marido, otros enfermeros y médicos, como el forense, apuntalan la teoría de que aquella vez se imponía la atención de la víctima en un centro con terapia intensiva. En la causa figura el testimonio de una licenciada que dijo haber hecho un informe sobre la crítica situación de aquel día, pero que ese escrito desapareció de la historia clínica, aunque, de todos modos, hizo fotos.