Que Rodrigo Muñoz está vivo. Que lo habían visto bailando en un boliche de Mendoza. O que un juez había ordenado su captura, porque en realidad estaba en Córdoba para escapar de sus problemas con la justicia, y que el 19 de marzo pasado no cayó ni murió en la cañería cloacal en la cual trabajaba con otros obreros intentando realizar una conexión. La otra parte del rumor difundido en varias radios ayer en la mañana era el complemento lógico de esa supuesta mentira: la detención de Sebastián Vargas, el obrero que ya intoxicado fue salvado de milagro por compañeros y vecinos cuando -según declaró- intentaba sacar a Rodrigo de la misma cañería cloacal de la que lo rescataron en Santa Lucía.

Tal fue la fuerza del rumor (divulgado sin chequeo previo) que en un momento hasta se lo dio por hecho, pero el asunto se fue desinflando hacia el mediodía cuando se intentó confirmar la versión de dos hechos que no existieron.

Lo aclararon en el propio juzgado donde se investiga el caso: "El señor Vargas (Sebastián) no está detenido ni fue demorado. Y con relación a Muñoz (la víctima) jurídicamente está desaparecido con altas presunciones de que esté muerto, aunque esa precisión la tendremos una vez que aparezca el cuerpo", dijo ayer el doctor Juan Gabriel Meglioli, secretario en el Tercer Juzgado Correccional.

El mismo Meglioli aseguró ayer que se habían extendido los plazos de instrucción en el sumario policial radicado en la seccional 29na. de Santa Lucía, con la "esperanza" de que Bomberos encontrara el cuerpo del obrero, aunque precisó que la juez María Mónica Lucero (titular del juzgado) ya había ordenado que el lunes el expediente sea remitido a tribunales para comenzar la investigación judicial.

¿De dónde salió el rumor?. En algunas radios se citó expresamente a la policía. Para la madre de la víctima, Norma Muñoz, hay otra fuente: "Acá hay muchos intereses y esos comentarios vienen de gente interesada, de algún malintencionado que quiere desligar a la empresa (para la que trabajaba Rodrigo) de su responsabilidad, pero voy a hacer oidos sordos a lo que digan. Yo hasta que no vea a mi hijo no me voy a convencer de nada, pero estoy segura de que mi hijo era incapaz de mentir en algo así", dijo ayer la mujer, dolida.