Los pesquisas que investigan la muerte en el hotel que alojaba a repatriados están convencidos de que la víctima atentó contra su vida, por las pericias en la habitación donde fue hallado asfixiado, por sus antecedentes psiquiátricos y por los testimonios de otros huéspedes que afirmaron que escucharon al joven discutir por teléfono momentos antes de la desgracia, dijeron fuentes policiales y oficiales.

El fallecido se llamaba José Luis Celán. Tenía 26 años y domicilio en el Barrio 25 de Mayo, en Ullum, pero en los últimos años anduvo de mochilero por varias provincias, contaron desde su entorno. En el 2018 había sido noticia porque en Río Negro lo habían dado por desaparecido (ver recuadro).

La tragedia ocurrió a las 22.30 del último sábado, en el Hotel Jardín Petit, ubicado en 25 de Mayo al 345 (E), en Capital. En el marco de la pandemia del coronavirus, ese complejo era uno de los dispuestos por el Gobierno para albergar a aquellas personas que llegan de otros países o provincias, o bien contactos estrechos de algún contagio local, para evitar que el virus se expanda en caso de que alguno de ellos lo tuviera.

Celán había estado en el Norte del país -precisamente en Jujuy-, pidió ser repatriado y el 5 de agosto llegó al hotel sanjuanino, donde al momento del siniestro estaban alojados allí otras 11 personas traídas de afuera.

Según fuentes policiales, durante la tarde del sábado los huéspedes de las habitaciones más próximas a la de Celán escucharon que el joven mantuvo una discusión por teléfono. El aparato (no era de él, se lo habían prestado) fue enviado a peritar, pero se cree que el cruce fue con una chica con la que tenía una relación, indicaron.

En ese momento nadie se imaginaba lo que vendría después. Una espesa nube de humo que provenía de la habitación de Celán alertó al personal del hotel y de inmediato dieron aviso al policía que custodia el complejo, que fue quien llamó a Bomberos.

Los efectivos llegaron al lugar y desplegaron un importante operativo que tuvo como primera medida la evacuación del hotel, que se dio con los cuidados pertinentes para respetar el aislamiento de los huéspedes. Los mismos esperaron en la vereda de enfrente -respetando el distanciamiento- y luego fueron derivados a otro hotel, el Viñas del Sol.

El conteo arrojó que faltaba uno. Cuando los bomberos subieron al primer piso, se fueron directo a la pieza de Celán. Una vez que consiguieron abrir, hallaron al joven inmóvil e inconsciente, sin signos vitales. La versión policial en base a las pericias en el lugar indica que la víctima colocó la cama de una plaza contra la puerta para trabarla y que luego arrojó alcohol en gel en el colchón, precisaron en la Fuerza. Después prendió fuego y murió asfixiado por el monóxido de carbono.

Cuando la noticia estalló, los medios digitales de la provincia dieron cuenta de que la hipótesis principal era la de un incendio intencional. Los investigadores ahora están convencidos de que fue así pero no para perjudicar a otra persona, sino que Celán ideó el plan para dañarse a sí mismo.

El hotel no sufrió grandes daños materiales puesto que casi que no hubo llamas. Es más, la víctima no sufrió quemaduras. Falleció asfixiado por la inhalación de humo. Otro dato que confiaron los pesquisas es que la víctima tenía problemas psiquiátricos y que hacía un tiempo que no se los estaba tratando.

El juez Correccional Alberto Caballero llegó esa noche al hotel para seguir de cerca el trabajo de los investigadores. Ahora, en base a todas las pruebas que recaude, tiene que decidir si archiva o no el caso. Para eso será clave el resultado de la autopsia, el informe de Bomberos y las pruebas recabadas por Criminalística.

Otro de los que estuvieron en el lugar fueron el secretario de Seguridad, Carlos Munisaga, y el jefe de Policía, Luis Martínez.

"Destaco el accionar de la Policía, Bomberos, Criminalística y el juez que se hizo presente en el lugar para seguir de cerca la investigación", dijo ayer Munisaga.

 

La vez que fue noticia en 2018

El 12 de julio de 2018, José Luis Celán entró a una comisaría de El Bolsón, Río Negro, a preguntar dónde podía quedarse dormir puesto que no podía volver a la casa de un amigo donde se estaba alojando. Luego no lo vieron más y su caso generó preocupación en la Policía rionegrina, al punto que desplegaron un operativo de rastrillaje que incluyó el uso de un perro adiestrado. El caso llegó a San Juan y Celán fue noticia. Aquella vez todo terminó bien, pues al otro día el joven se presentó en otra comisaría para decir que estaba bien y que había conseguido hospedaje.