Entre los investigadores que siguen de cerca el caso de una joven muerta de un disparo en la cabeza con un arma oficial, la de su novio policía, están convencidos de que el uniformado será indagado por un homicidio. Y eso es así aún en la hipótesis más favorable para el efectivo, aquella en la que la propia víctima hubiese sido la autora del disparo, algo que niega de plano la familia de la joven fallecida. ¿Por qué atribuirle entonces un homicidio si la víctima hubiese empuñado el arma? "porque él como miembro de una fuerza de seguridad debía tener en claro el manejo del arma en su horario laboral y cómo actuar con esa pistola en su ámbito familiar. El arma tiene un doble seguro y, además, debió tomar otras precauciones por si caía en manos de algún pariente, pero teóricamente no lo hizo", dijo un jefe policial.
Si se mantuviera esta teoría, el policía Matías Mallea (21) debería ser por lo menos indagado como presunto autor del homicidio culposo (sin intención) de su novia Celeste del Valle Luna (21), ocurrido el pasado 15 de diciembre en la casa de la familia del joven en Villa Hipódromo, Rawson.
Pero eso no es lo que cree la familia de Celeste. Públicamente, ya han manifestado sus serias sospechas de que el agente policial la mató de un tiro, pues ella no tenía ningún motivo para terminar con su propia vida. Bajo esta línea, el homicidio pasaría a ser doloso, es decir un resultado buscado por el efectivo.
El meollo de la cuestión está en lo que ocurrió aquel domingo, en la habitación que ambos compartían. Todo indica que la pareja estaba en esa habitación y no como intentaron hacer creer desde el entorno del efectivo, de que sólo ella estaba en ese lugar cuando ocurrió el disparo letal.
Al parecer, aquel día ambos discutieron por algún motivo: una versión no confirmada habla de un papel con un número telefónico cuya procedencia el policía no pudo explicar.
Y que en medio de un posible forcejeo ocurrió el disparo letal para la joven, porque el proyectil se le coló por la frente.
El resultado de la autopsia, la pericia balística, el informe sobre cómo debe ser el manejo de un arma policial y un dermotest (prueba para saber de la presencia de restos de pólvora en el cuerpo humano), son evidencias fundamentales para esclarecer el caso. Sobre este último estudio, circula la versión de que ese examen dio positivo en las manos de ambos involucrados.
En las próximas horas, el policía será indagado y finalmente sabrá a qué tipo de delito se enfrenta y si podrá o no recuperar su libertad, pues un homicidio culposo es excarcelable pero no uno intencional.