Una recorrida de rutina, los policías de Calingasta sorprendieron a una banda de desconocidos que andaba por el río y que escaparon dejando abandonado una poderosa carga de explosivos que podría volar fácilmente un cerro. En dos bolsas llevaban 79 cartuchos de gelamón, 120 detonadores y hasta 80 kilos de reforzadores de explosivos, informó la Policía. No se sabe a dónde iban esos sujetos y qué destino tenía ese material de altísimo poder destructivo. La fuerza investiga el misterioso caso, pero existe sumo hermetismo aparentemente para no generar alarma.
Esto se conoció ayer, pero el hallazgo se produjo el martes a la madrugada a una orilla del río Calingasta, a 500 m al Oeste del puente de la villa del mismo nombre, revelaron en la Policía. Eran las 4. Unos efectivos de la Seccional 16ta recorrían la ruta 406 cuando divisaron a lo lejos a cinco sujetos caminando con unos bultos por el costado del río. Les resultó extraño y entonces bajaron a identificar a esas personas. Por el contrario, los desconocidos empezaron a correr al ver a los policías, tiraron las dos bolsas que cargaban y desaparecieron en medio de la oscuridad.
Los uniformados supusieron que eran ladrones comunes, pero cuando fueron a mirar los bultos notaron que eran dos bolsas arpilleras en las que decía "explosivos". Adentro habían 79 cartuchos de gelamón, 120 cargas de detonadores y 80 kilos de un material granulado llamado reforzadores de explosivos, que sirve para dar más potencia al gelamón, explicaron fuentes del caso. Afirman que son explosivos altamente inestable, pues puede estallar en cualquier momento, y muy destructivo, más en esa cantidad. Creen que fue robado de algún polvorín. Para no despertar alarma, la Policía maneja el caso con mucha reserva.