Un empleado gastronómico fue condenado a pagar casi dos millones de pesos de indemnización por haber causado la muerte de un niño de 3 años tras arrojar una botella de cerveza desde un balcón de un quinto piso durante los festejos de la Nochebuena de 2001.

La sentencia fue impuesta por la jueza en lo civil Celia Pérez, pero será de difícil cumplimiento porque Juan Carlos Coronel, quien ya fue condenado en la justicia penal por el hecho, adelantó que carece de recursos suficientes. La resolución indica que deberá pagar a Carolina Mariel De Cicco -madre de la víctima- 350.000 pesos por "daño moral", 150.000 por "pérdida de chance" y otros 120.000 "tratamiento psicológico". Esa suma llega casi a los dos millones de pesos si se computan los intereses desde el 25 de diciembre de 2001, día que se registró el hecho, y si la condena queda firme, Coronel corre el riesgo de que se le embargue parte de su sueldo de por vida.

Aquella noche Kevin De Cicco, de 3 años, jugaba con otros chicos sobre la vereda del edificio de Alberti 1.675, de Capital Federal. Juan Carlos Coronel, que en aquel entonces tenía 24 años y trabajaba para un restaurante de Puerto Madero, estaba en el balcón de su departamento del quinto piso. Según declaró, tenía una botella de cerveza en sus manos y se le resbaló. La botella cayó hacia la planta baja y fue a dar justo en la cabeza del niño. El golpe dejó grave a la criatura, que fue llevado al Hospital Garraham donde murió horas más tarde.

Coronel fue detenido y obtuvo su libertad a raíz de que calificaron el hecho como homicidio culposo, o sea como un accidente. El 26 de julio de 2005, un tribunal porteño lo condenó a 3 años de prisión en suspenso por ese delito. La madre del chico continuó con el juicio civil, que ahora volvió a castigar a Coronel con casi 2.000.000 pesos.