Podría haber sido un verdadero desastre, pero terminó siendo una desgracia con suerte. A esa conclusión llegaron ayer los investigadores y los propios protagonistas que tuvo el impactante choque entre un colectivo de línea con unos 40 pasajeros y un tren de carga. Alrededor de 30 personas de todas las edades requirieron asistencia médica, afortunadamente solamente por lesiones leves.
El hecho ocurrió a las 7.53 de ayer, en Caucete, sobre la Avenida de Los Ríos, frente al Skatepark. El micro es uno de la línea 362 (El Triunfo) que había salido de El Encón y que había subido pasajeros en otros puntos de 25 de Mayo. El recorrido terminaba en Caucete, pero apenas ingresaba al casco céntrico tuvo lugar el siniestro.
Según fuentes policiales, el colectivero, llamado Gastón Guzmán (30), dijo que cuando avanzaba por Avenida de Los Ríos (en dirección al Este) tenía el sol de frente y que eso le jugó una mala pasada porque se encandiló. Y también acusó que el maquinista, identificado como Juan Marcos Andrada (60), no tocó bocina al cruzar la calle (hacia el Norte) y que por eso no pudo hacer nada para evitar llevárselo por delante. En diálogo con este diario, una pasajera llamada Rosa Álvarez apoyó esa versión: "Iba en el medio del colectivo, la verdad es que no vi al tren ni tampoco escuché la bocina que suelen tocar cuando cruzan las calles. Sólo llegué a escuchar que un hombre gritó "¡chocamos!" y me agarré del asiento. Lo próximo que sentí fue el impacto. Unos niños volaron dentro del colectivo. Toda la gente empezó a salir desesperada, gritando, algunos se tropezaban, se empujaban, estaban todos muy asustados. Recién cuando bajé me di cuenta de que habíamos chocado contra el tren. Había mucha gente golpeada, con golpes en las piernas, en los brazos, en la cabeza". Todos ellos fueron enviados al hospital departamental y estaban bien. Mientras que ambos conductores quedaron a disposición del Juzgado Federal N´2.