Ante Mayra y su familia se presentó como José Giménez, con la intención de ocultar su pasado como José Patricio Molina (39) su nombre real, un nombre ya registrado en la Policía y la Justicia por agresiones a su expareja, hurtos, robos o resistencia a la autoridad.
Durante cuatro meses la convivencia de “Giménez” con Mayra Bueno (25) su hijo Lautaro Vega (7) y la madre de la joven, Mónica Outeda (51) pareció normal. Incluso las compañeras de ella llegaron a comentar que lo habían visto “amoroso”, cuando la acercaba al trabajo en el Chevrolet Astra que usaba como remís.
Hasta que el lado violento y transgresor de Molina volvió a brotar, y fue un desastre. Ayer, alrededor de las 4, los vecinos escucharon que discutían en la casa de Mónica en Barcelona al 100 del barrio Escorihuela en Rodeo de la Cruz, Guaymallén. Y luego llamaron a los bomberos por un incendio en el mismo lugar, sin imaginar que aquella discusión había terminado con las mujeres muertas a golpes, igual que el niño. Y que el incendio había sido originado por el mismo Molina, quizá con la ingenua intención de engañar a la pesquisa y hacer creer que murieron por el fuego.
Pero se equivocó. “Me mandé una cag…”, le avisó a su expareja, a quien tenía prohibido acercarse. A esa mujer también le anticipó que iba a quitarse la vida. Y así fue: minutos después lo encontraron con escasos signos vitales en la casa de su hermana en Maipú; lo trasladaron hasta un hospital, pero allí llegó muerto.