Un crimen alevoso sufrió Rubén Raúl "El Angelito" Ferreyra (40 años, ex convicto, padre de cuatro hijos). Según la policía, ayer en la mañana dormía en un colchón tirado en el piso en su casa de la Villa Alonso (pegada a "La Cueva del Chancho", Chimbas), cuando entró un conocido suyo y sin decir palabra ni darle la posibilidad a defenderse, empezó a dispararle. Tres de esos disparos no dieron en el blanco, pero sí los otros dos: uno atravesó su antebrazo izquierdo y le rozó el abdomen. El otro fue mucho más dañino: penetró el cuerpo a la altura del hombro izquierdo y, al parecer, en su recorrido le perforó el corazón, dijeron fuentes de la comisaría 17ma. que comandan el comisario Daniel Puebla y el oficial principal Diego Rocha.
En la policía dicen que el ataque ocurrió en presencia de la mujer y una hija de Ferreyra, que dormían en la misma habitación pero en una cama de dos plazas. Y fue por esos testigos que de inmediato se supo del sospechoso que llegó, mató y se fue en moto: "El Cocó" Exequiel Amado, un joven de 24 años, con antecedentes, conocido y hasta "compinche" de la víctima, dijeron en la policía.
Todo pasó a las 9,30 de ayer en la casa de los Ferreyra en calle Jujuy, unos 50 metros al Sur del cruce con Rodríguez, en Chimbas.
Amado fue detenido a las 20,20 de anoche por el comisario mayor Mario Aparici en pleno microcentro capitalino (Ignacio de la Rosa y Entre Ríos), y negó de plano cualquier vinculación al homicidio. Según los pesquisas, Amado habría optado por entregarse al ver que peligraba su vida a manos de familiares y amigos de la víctima.
¿Qué razones hubo para matar?. La principal hipótesis de los pesquisas es un ajuste de cuentas por una presunta traición de Ferreira, o bien con una presunta operación de compra-venta de cosas o el supuesto hecho de que "El Cocó" enrostrara a Ferreyra haberlo "batido" a los policías de la comisaría 17ma., diciéndoles que él tenía la pistola 9 mm. y la moto robada a un policía en el Parque de Mayo, el 29 de marzo pasado.
Por ese hecho, "El Cocó" era buscado ya que, según la policía, al otro día del robo al agente Andrés Héctor Castillo, dejó abandonada la 9mm. luego de tirotearse con policías de la comisaría 17ma. justamente cuando llegaba a la casa de Ferreyra.
Ayer, los policías de la 17ma. secuestraron un plomo calibre 32 y aplazaron en parte el trámite del levantamiento del cadáver, por razones de seguridad: en la villa fueron despedidos a pedradas.