’Me siento mal’, alcanzó a decir Lucio Lorenzo Mallea (66) cuando soltó el volante y se apoyó en el hombro de Nicolás Narváez (46). ‘Dale, dejate de joder’, retrucó este último, dándole palmadas al ver que dejaba de manejar y el camión torcía peligrosamente hacia otro rumbo. Pero no hubo caso. Lucio no volvió a manejar y el propio Narváez debió ingeniárselas para estirar una de sus piernas y pisar el freno. Gracias a esa intervención de emergencia, el pesado vehículo apenas rompió una rejas del ingreso a una casa y, por suerte, no ocasionó mayores daños ni dejó personas heridas.
Según fuentes policiales, esa dramática secuencia se produjo ayer, alrededor de las 17.45, en Abraham Tapia casi Las Cañitas, en Rawson. Lo que siguió fue pura desesperación, porque el propio Narváez realizó las conocidas maniobras de reanimación a su compañero, sin ningún éxito.
Mallea conducía el camión Volkswagen de Juan Moreno. Y ayer en la tarde, con Narváez y Cristian Aldaya, habían salido a recoger residuos no domiciliarios en la zona donde finalmente ocurrió la desgracia.
La versión policial es que ya habían terminado de juntar la basura y circulaban hacia el Sur por Abraham Tapia, con intenciones de girar hacia el Oeste por calle Las Cañitas. Sin embargo nunca llegaron a realizar esa maniobra, porque unos metros antes del cruce, el conductor se descompensó y la tarde terminó de la peor manera.
Ayer, los policías de la Seccional 6ta que dirige el comisario inspector Oscar Congui, recogían toda la evidencia del caso junto con personal de la Policía Científica, para luego determinar si los hechos ocurrieron o no como los relataron los testigos.
Una evidencia clave para confirmar o no la principal hipótesis sobre lo que ocurrió con Mallea, es el resultado de la autopsia, es decir el estudio del cadáver que practicará el médico forense.
De ese examen se desprenderá si Mallea murió a causa de un problema en su corazón (es lo que suponen los pesquisas) o si su deceso tuvo otro origen.
Una vez que se recolecte toda la evidencia, el juez Eduardo Agudo, titular del Primer Juzgado en lo Correccional, resolverá si el caso deberá investigarse como un homicidio culposo, o pasar al archivo por no existir ningún tipo de delito.

