Sentados en el cordón de la puerta de la morgue, abrazados, con la cabeza gacha y los ojos rojos. "No sé cómo vamos a hacer para superar esto", dice Franco Miguel Aballay (25). Su novia, Nadia Mabel Reinoso (23), lo escucha y se agarra la cabeza con las manos. Les cuesta asimilar que puertas adentro los forenses revisan el cuerpo de su hijita, Luana Xiomara (1 año y 9 meses), que no sobrevivió a una descarga eléctrica fulminante.
La desgracia ocurrió a eso de las 22 del último viernes, en la casa 14 de la manzana "A" del Barrio Villa Borjas III, en Las Casuarinas, 25 de Mayo. En ese lugar vive la pareja con sus chicos y los padres de ella. Luana era la menor de 3 hermanos (los otros dos tienen 6 y 3 años) y la mimada de la familia. Entre lágrimas, Franco relató que esa noche estaban todos en el comedor sacándose fotos. La única que faltaba era Nadia, que estaba internada en el Hospital Rawson esperando que la intervinieran por una complicación con su DIU.
De un momento a otro, la tragedia les arruinó la vida para siempre. "Luana estaba sentadita con nosotros sacándose fotos y en un descuido fue con su hermano (el de 3 años) a buscar la tablet que se estaba cargando en la pieza. Parece que cuando han tironeado el cargador la zapatilla a la que estaba enchufado se ha abierto y Luana metió la manito, todo fue en un segundo", explicó el joven, que está terminando la carrera para ser policía y que desmintió que la tragedia ocurrió con el cargador de un celular, versión que circuló ayer.
Lo concreto es que en medio de la desesperación, Franco colocó a la bebé sobre la mesa y comenzó a hacerle RCP, práctica que aprendió en la formación policial. Por unos minutos sintieron alivio, pues Luana pareció reaccionar al abrir los ojos. Pero fue una especie de despedida, porque a pesar de que rápidamente la llevaron a la salita de Santa Rosa, lo peor fue inevitable. "Yo llegué segundos después de la descarga, le tironeé el alargue para que la suelte y me agarró a mí la corriente. Me pegó el sacudón y me tiró, pero pude agarrar a la niñita y la llevé a la mesa a hacerle reanimación, le hacía respiración boca a boca y ella volvió, lo juro, ella volvió, abrió los ojitos y empezó a respirar. Ahí nomás la llevé a la salita, fuimos a 180 en el auto, muy fuerte, a mí no me importaba nada. En el auto iba respirando, pero cuando llegamos pasaron unos minutos y me dijeron que había fallecido", contó el padre, soltando el llanto que contenía para poder hablar.
"Pasó justo cuando me estaban por operar, me estaban por meter al quirófano. Era un amor ella, no molestaba a nadie, ya estaba empezando a hablar, ella nunca molestaba, cuando tenía sueño se acostaba solita. Yo le preguntaba: ‘¿De quién sos vos?’ Y me decía: ‘De mamá y papá’. Por Dios… ¿por qué?… ¿por qué? Era mi bebé, era mi chiquita", repetía ayer la madre, totalmente desconsolada.
Además de la autopsia, el juez que interviene cuenta con el informe pericial de Criminalística. Si determina que no cabe achacarle responsabilidad a nadie, el caso pasará al archivo.
"Ella volvió, lo juro, empezó a respirar y la llevé a la salita, pero ahí me dijeron que había fallecido"
FRANCO MIGUEL ABALLAYPadre de la bebé