Una frenada de último momento que dejó 22 metros de caucho quemado en el asfalto. Y luego el desastre: un casco tirado, la moto destruida, plásticos esparcidos y lo peor, sus dos ocupantes en el piso, ensangrentados, sin ninguna chance. A unos metros, un camión con acoplado cargado con cal, el vehículo con el que esas dos personas se habían estrellado en uno de los cruces más peligrosos que tiene la Villa Media Agua: Belgrano y Torrent. Cristina del Carmen Agüero (57) y Juan Eduardo Sosa (34 años, padre de dos nenas), se llamaban las víctimas.
"Sabíamos que en cualquier momento iba a pasar algo así. Nosotros hace 20 días presentamos una nota al municipio para que pusieran lomadas en la calle Belgrano, entre San Martín y Torrent… el cruce donde pasó esto ya tiene 6 muertes: en el 85 murieron tres personas, hace un par de años un chico que chocó en moto contra un auto y ahora esto", explicó uno de los vecinos más antiguos de la zona de la doble tragedia.
Una cuadra al sur del tremendo impacto, todo era dolor. Los familiares de Cristina y el "Chancho", como le decían cariñosamente a Juan Eduardo Sosa, no encontraban consuelo. "No sabemos a dónde iban, pero de la casa (en el Circuito Fiorito, en Tres Esquinas) habían salido a comprar mercadería… disculpe, no puedo creer lo que les pasó", dijo con la voz entrecortada por el llanto Carlos, uno de los siete hijos de la mujer fallecida.
Todo pasó alrededor de las 10,20 de ayer. Sosa y su madre transitaban hacia el Este por Belgrano en una Gilera 200 cc, justamente la calle a la que los vecinos le atribuyen alta peligrosidad por la elevada velocidad en el tránsito "todo el tiempo. Este cruce es muy peligroso, igual que el de Laprida y Uruguay", indicaron.
Hacia el Norte por Torrent, un chofer oriundo de Buenos Aires, identificado como Horacio Buscalia (55), transitaba de regreso a esa provincia en un Mercedes Benz con acoplado de Transportes Cardascia, cargado con cal. Intentaba cruzar cuando ocurrió el impacto, que se produjo entre el camión y el acoplado. Sobre el asfalto quedó un casco tendido, pero los pesquisas no podían precisar si alguno de los motociclistas lo llevaba o no puesto.
Esa y otras circunstancias del caso eran analizadas en detalle ayer en el lugar del hecho por el fiscal coordinador de la UFI de Delitos Especiales Iván Grassi, junto a los ayudantes fiscales Mariano Carrera, Pablo Orellano y Victoria Martín, acompañados por peritos de Criminalística y uniformados de la seccional 8va.
Hasta ayer, el camionero estaba detenido sospechado de haber cometido un doble homicidio culposo (es decir, sin quererlo), pero su situación procesal quedará definida una vez recolectadas las evidencias más importantes, indicaron.