Empezó como una típica historia de una jovencita con problemas de conductas y falta de contención familiar, pero lo que ocultaba ella era el drama de una niña supuestamente abusada sexualmente por sus dos hermanos mayores. Pero detrás de los secretos de esa familia de una zona rural de Sarmiento, había un condimento más en esa presunta relación incestuosa. Uno de los muchachos, aparentemente, también violaba a la madre. El caso se conoció en abril pasado y en estos días la juez María Inés Rosselot dictó el procesamiento contra esos dos obreros rurales acusados de graves delitos sexuales y dispuso que sigan presos.
En esta insólita trama aparecen involucrados dos hermanos de 24 y 29 años, que se sospecha sometían física y psicológicamente a su hermana menor, ahora de 15 años, y a su mamá, una discapacitada mental de 58 años, según fuentes judiciales. Todo esto en el seno de una familia numerosa sacudida por la pobreza, que vivía en el hacinamiento y la promiscuidad en un poblado calero de Sarmiento. La madre analfabeta y los hijos con escaso nivel educativo, con el padre y tres de sus hijos fallecidos, una hija dada en adopción y otra internada en un psiquiátrico, de acuerdo a datos de la causa.
La menor de la familia empezó con graves dificultades en el 2008. Problemas de conducta, fuga de hogar, faltas en la escuela y posible prostitución. Cuando unas asistentes sociales de Sarmiento tomaron el caso, la niña alegó que no quería volver a su casa porque sus hermanos abusaban de ella. La jovencita denunció que cuando se quedaba sola uno de sus hermanos la sometía sexualmente dentro de su casa y en el campo, según fuentes judiciales. Dijo además que la primera vez fue cuando tenía 13 años y lo repitió otras veces. Lo mismo contó de su otro hermano mayor, quien hasta se metía en su cama, según el relato. Se hicieron varias averiguaciones e informes, y la niña fue internada en un instituto. Recién en abril del 2009, por otra asistente social, salió a la luz que la mamá también era supuestamente víctima de abusos sexuales por parte de un hijo. Ella misma después declaró y acusó de esos ultrajes a su hijo de 24 años. El caso pasó a manos de la juez María Inés Rosselot, del Quinto Juzgado de Instrucción, quien entonces ordenó detener a los dos hermanos.
Ambos negaron las acusaciones y otros dos hermanos mayores -que viven en otro lado- desacreditaron las versiones de su madre y la menor. Sin embargo, las declaraciones de las víctimas, los estudios ambientales y psicológicos de todos los involucrados dieron elementos suficiente a la juez Rosselot para procesar a los dos hermanos por abuso sexual agravado y corrupción de menores, indicaron en Tribunales.
