Como era de esperar, Federico Cecilio Fernández Gizzi (56) no admitió su vinculación con el crimen del abogado Francisco Sirera (61) como sí estaba dispuesto hacerlo el otro implicado, su hijo Sergio Daniel Fernández Santa Lucía (31). Y por eso ayer no hubo juicio abreviado y arrancó un juicio común contra ambos por aquel homicidio simple, perpetrado en la puerta de la casa del letrado en Fray Mamerto Esquiú al 460 Este, Capital, la noche del 19 de mayo de 2014.

En el mismo comienzo de las audiencias en la Sala II de la Cámara Penal, los jueces Ernesto Kerman y Juan Carlos Peluc Noguera dieron a conocer su rechazo a un planteo de Fernández Gizzi para que el otro miembro del Tribunal, José Atenágoras Vega, se aparte del caso.

‘Este juez me ha perjudicado enormemente (…) Me va a condenar directamente, me atrevo a decir que ya tiene que tener la condena’, dice en un escrito que envió el viernes último al tribunal.
En esa ‘carta’ enumeraba los motivos por los cuales Vega no debía intervenir en su caso. Una denuncia por estafa y un robo de una caja de cambio que, según dijo, nunca pudo recuperar, se encontraban entre las supuestas causales.

Sin embargo el resto del tribunal entendió que el planteo era extemporáneo; además dijeron que no encontraron motivos legales para apartar Vega.

Y el juicio arrancó con otra embestida de Fernández Gizzi a través de su defensor Adrián Riveros, que ya anticipó un planteo de nulidad en un acta de secuestro en la cual -dijo- no figuran las firmas de testigos como manda la ley. El tribunal respondió que podía hacer ese planteo más adelante.
‘Yo no hice nada’, dijo el acusado a los periodistas. Hoy declaran.