El juez de Cámara Penal Juan Carlos Caballero Vidal (h) condenó ayer a 8 años de cárcel al jachallero Elías Alberto Sisterna (22) porque entendió que fue el autor de graves delitos contra una joven de 30 años que había sido su pareja durante 8 meses. Ese caso ocurrió en Jáchal en julio de 2014 y fue aberrante: porque el sujeto mantuvo cautiva y amenazada a la víctima durante un poco más de dos días, porque en ese tiempo la desfiguró y lastimó su cuerpo a trompadas y patadas (incluso la noqueó), y porque la violó. El violento episodio incluyó reacciones insólitas del agresor: porque la encerró y se quedó con ella dos días (amenazándola cuando él salía) pero para esperar a que se le fueran los moretones del rostro y así no le creyeran si lo denunciaba. Incluso, en un momento salió de la casa y le mandó a un amigo con un preparado de grasa y gasoil para que se los pusiera en la cara, dijeron fuentes judiciales.
Tan brutales resultaron sus reacciones que, luego de violarla, acometió de nuevo a golpes contra la joven porque podía quedar embarazada y la acusaba de querer perjudicarlo en su relación con otra chica, precisaron.
Por todos esos episodios, el fiscal Gustavo Manini había pedido 15 años de cárcel. Y aunque el juez compartió la mayoría de los delitos de la acusación, ayer le dio 8 años por privación ilegítima de la libertad agravada por amenazas, lesiones graves agravadas por el vínculo y por violencia de género, y abuso sexual con acceso carnal, precisaron.
Todo empezó la noche del 22 de julio cuando la interceptó en auto en el centro jachallero. Y terminó la mañana del 25 de julio, cuando se fue, luego de amenazarla por enésima vez con matarla si decía algo.
Y el silencio iba a ser el seguro final de ese episodio si una amiga y una compañera de trabajo no la hubieran convencido para que fuera al hospital. Allí las cosas cambiaron porque el médico anticipó que avisaría a la Policía y todo se descubrió.
¿Por qué tanta violencia en el agresor? ¿Por qué la soportó la víctima?
Fuentes judiciales explicaron que Sisterna tiene serios problemas con las drogas, aunque eso no le impide saber cuándo un hecho es criminal. El joven tiene siete causas abiertas, entre las que se incluyen al menos una denuncia de la misma víctima y una causa por estupefacientes.
Del lado de la víctima, una psicóloga aseguró que es alguien con un perfil sumiso que, por su necesidad de afecto, desarrolló y soportó una relación enfermiza y denigrante con Sisterna. Es más, la paliza que recibió esa vez fue, lejos, la más violenta de las que había recibido antes.
